Hay muchas formas de visitar y descubrir una ciudad. Por ejemplo, a través de su historia, de su gastronomía, o más recientemente, ¡también a través de Instagram!
La red social de los filtros para fotos se ha convertido en un imprescindible para muchos viajeros tanto para antes de ir a un lugar, como para acumular los recuerdos tras la visita.
Aquí te dejamos los 10 lugares más fotogénicos de Oporto que no pueden faltar en tu perfil de Instagram.
Uno de los grandes atractivos de la ciudad de Oporto es pasear por una de sus principales arterías en el corazón de la ciudad, la gran avenida de los Aliados.
Grandes edificios de mármol y granito con la famosa estatua de Don Pedro IV a lomos de su caballo con aires de la grandeza y el esplendor de la época de aquel entonces.
Si caminas por la calle de Santa Catalina, es posible que una llamativa iglesia revestida de azulejos blancos y azules llame tu atención.
No es un secreto que Oporto tiene tradición en la creación de estos artísticos y finos ladrillos. La capilla de las Almas es una de las más bonitas de la ciudad.
La iglesia del siglo XVIII está formada por un mosaico de alrededor de 16.000 piezas que recrean escenas de San Francisco de Asís y Santa Catalina. Toda una belleza del neoclásico y una espectacular imagen única de Oporto.
Una parte importante si se visita Oporto es su gastronomía. Y ahí, no podía faltar la Francesinha. Este sabroso e hipercalórico plato está compuesto por varias capas de pan del molde rellenas con mortadela, salchicha fresca, longaniza, ternera, fiambre, queso y huevo.
Todo ello acompañado de una generosa ración de patatas fritas alrededor del plato. Sin duda, el secreto del éxito de la Francesinha está en su salsa.
Y aunque depende de dónde se coma las recetas pueden variar un poco, su sabor nunca decepciona. Los precios del plato suelen oscilar entre 6 y 10€ y prometen dejarte saciado por varios días.
Otro de esos puntos curiosos y mágicos dentro de Oporto es la librería de Lello, nombrada por el diario británico The Guardian como una de las más hermosas del mundo.
Inaugurada en 1906 bajo el nombre de Chandron (denominación que todavía permanece en la fachada) se encuentra en la calle de las Carmelitas.
La librería ha sido utilizada en alguna filmación. Incluso se llegó a rumorear que alguna escena de la saga de Harry Potter fue grabada allí. Especialmente teniendo en cuenta que su creadora J.K. Rowling vivió en Oporto durante un tiempo.
Y aunque no fue así, la biblioteca de Florish & Blotts de una de sus películas se inspiró en esta librería.
De entre todas las cosas, destaca su original escalera de caracol.
El precio por entrar es de 3€ aunque estos pueden ser descontados de tu compra si adquieres un libro.
Sin duda la imagen más icónica de la ciudad es el Puente de Dom Luís I que conecta Oporto con Vila Nova de Gaia. Fue construido en 1866 por uno de los compañeros de Gustave Eiffel y te da la posibilidad de que lo cruces en dos niveles, prometiéndote desde lo alto, maravillosas vista del río Duero y del resto de la ciudad.
Otro de los atractivos que también forman parte de la escena, son los barquitos y lanchas que esperan en las inmediaciones del puente para realizar un paseo que te llevará en un tranquilo vaivén a través del río pasando bajo el puente.
Una vista diferente de la ciudad que merece mucho la pena. Los precios suelen empezar alrededor de los 12,5€ por persona.
Rodéate de art decó y de una suntuosa decoración que te retrotraerán a otro tiempo. Este café de la Belle Époque abrió sus puertas en 1921 bajo el nombre de “Elite” y un año más tarde adquirió su nombre actual.
Situado en la concurrida calle de Santa Catalina, es un lugar idóneo para sentarse un rato y ver la vida pasar o disfrutar de algún tentempié. El Café Majestic se convirtió en lugar de encuentro de pensadores y gente del mundo de la cultura de aquel tiempo.
Hoy en día su rol ha cambiado, pero su peculiaridad atrae a muchos curiosos. El café abre cada día desde las 9:30 am hasta la medianoche.
La vida de las ciudades muchas veces se mide por sus mercados. El de Bolhao cerca de la Avenida de los Aliados, se encuentra en un edificio decadente donde desde 1914 se venden todo tipo de productos.
Está compuesto por dos pisos con un gran patio central entre los que se reparten los diferentes negocios. Carne, fruta, flores y pescado, especialmente el apreciado “bacalhau” (bacalao) que tan rico se prepara en Oporto y en todo Portugal.
En definitiva, aunque no compres nada, en O Bolhao encontrarás la verdadera esencia de la ciudad.
La zona del Palacio de Cristal se encuentra en la parte alta de Oporto y ofrece junto a su jardín botánico, una bonita vista de la ciudad.
El edificio del palacio fue construido con motivo de la exposición universal celebrada allí en 1865 inspirándose en el Cristal Palace de Londres, del cual toma su nombre y que se convirtió en icono de la misma.
No obstante, no busques ningún edificio con esta descripción, pues hoy en día lamentablemente ya no existe. En su lugar, podrás ver el Pabellón de Rosa Mota, una especie de cúpula marciana en donde se celebran diferentes eventos.
Fina y puntiaguda como si de una aguja se tratase, la torre de los Clérigos es la más alta de Portugal con 76 metros y unos 250 escalones.
Situada en la zona vieja de Oporto junto al Cerro de los Ahorcados (llamado así debido a que en aquel lugar se enterraba a los que eran ajusticiados) esta torre de estilo barroco fue diseñada por Nicolau Nasoni cuyos trabajos terminaron cerca de 1760.
El precio para subir y maravillarse ante la imperdible vista panorámica de Oporto es de 3€.
Especialmente bonita durante la noche, el monumento “She Changes” se conoce popularmente como La Anémona. Esta es otra de las paradas obligatorias que deberás hacer para llevarte como recuerdo en tu colección de imágenes de Oporto.
Situada cerca de la playa de Matosinhos, la escultura de este animal marino de la americana Janet Echelman, aparece como suspendida flotando durante la noche en el cielo de la capital del norte portugués como si se tratase de aquel invertebrado.
Está dedicada a la comunidad de pescadores de la zona.
- Alberto Menéndez Sánchez