Atenas es una ciudad fascinante; es una de las urbes más antiguas del planeta, cuna de la democracia y de la civilización occidental, y, por si eso fuera poco, es un lugar donde te puedes hinchar a ouzo.
Además, aunque en la capital griega hay un sinfín de restaurantes de postín y formas interesantes de dejarse cantidades ingentes de dinero, también es bastante fácil pasar unas vacaciones inolvidables sin dejar la tarjeta tiritando.
Aquí te traemos diez cosas estupendas que puedes ver, comer y hacer allí por menos de diez euros…
En realidad, la entrada cuesta doce euros. Soy consciente de que esta es una lista de cosas que hacer por menos de diez euros, pero es que estamos hablando nada menos que de la Acrópolis.
Es uno de los monumentos más bonitos e importantes del país a nivel histórico y arquitectónico y, si no estás dispuesto a aflojar dos eurillos de más por admirarlo, igual ni siquiera deberías plantearte visitar Atenas.
Por si te hace falta, aquí va otro argumento de peso: la entrada también te da derecho a explorar otros lugares interesantes, así que técnicamente te sale a unos dos euros cada uno.
La Acrópolis abre a las ocho de la mañana. Si consigues vencer la pereza (y no estás de resaca), mi consejo es que vayas muy prontito para contemplar el amanecer desde la colina Filopapos y luego te plantes en la Acrópolis antes de que llegue la marabunta de turistas.
En una ciudad en la que mucha gente empieza el día con un café y un cigarrillo, encontrar un buen desayuno tradicional griego no resulta todo lo fácil que cabría esperar. Parece que en la batalla entre el pitillo y la pita, el primero lleva la delantera (perdón por este juego de palabras lamentable).
Sin embargo, que no cunda el pánico, porque eso no quiere decir que no haya locales en los que poder disfrutar de desayunos excelentes, y Nice ‘n Easy es uno de los mejores.
Solo utilizan ingredientes frescos, regionales y ecológicos para crear exquisitos platos mediterráneos modernos. Y hasta ahúman su propio salmón…
Puedes probarlo como parte de los huevos a la benedictina por 9,90 euros, aunque yo personalmente te recomiendo los huevos rancheros, que cuestan dos euros menos. El café de este local es carillo, pero si lo pides para llevar te descuentan el cincuenta por ciento.
El tour gratuito por Atenas es estupendo. Tiene una duración de unas tres horas, durante las que podrás conocer en modo exprés los lugares más célebres e interesantes de la ciudad.
Es una actividad perfecta para ocupar la primera mañana que pases en Atenas, ya que te da una idea global de cómo es la ciudad y te permite descubrir sitios para luego explorarlos a fondo por tu cuenta.
Los guías son la mar de salados y se saben al dedillo la historia de las edificaciones más icónicas de la ciudad.
No te pierdas estas visitas guiadas por nada del mundo. Las fechas y horarios varían, así que envíales un correo electrónico para pedir información detallada.
De todos los museos que hay repartidos por el planeta, este es uno de los que no te deberías perder bajo ningún concepto.
Es un lugar enorme, con una colección fascinante y perfectamente presentada en orden cronológico, y está repleto de arte y artefactos de la antigüedad que te trasladan al pasado glorioso de Grecia.
La entrada cuesta siete euros y puedes pasar fácilmente tres o cuatro horas curioseando las salas y aún quedarte con ganas de más.
Aunque no seas aficionado a ir de museos, a este le tienes que dar una oportunidad, créeme. Es un lugar perfecto para entender cómo se desarrolló la civilización desde la época prehistórica, pasando por la Grecia antigua, hasta la historia moderna.
Tranquilidad, que lo decimos en broma. Si te metes cinco empanadas entre pecho y espalda, lo más probable es que acabes con un dolor de estómago de aúpa y no puedas disfrutar del resto del día.
La cuestión es que, en teoría, podrías tomarte cinco empanadas en Ariston y no tendrías que gastarte más de diez euros. Cada una cuesta solo dos eurillos, y son enormes.
Estas empanadas de hojaldre rellenas de carne, verdura o queso llenan un montón y son una opción perfecta para los que viajan con un presupuesto limitado.
La pastelería es casi una institución en Atenas y es un lugar estupendo para pedirte comida para llevar por cuatro duros. Mi recomendación personal es la empanada de queso feta y calabacín, y la de beicon y queso.
El barrio de Plaka es el más antiguo de la ciudad y, salvo que seas de piedra, es un lugar que hará que te enamores perdidamente de Atenas.
De las azoteas de los edificios amarillos cuelgan flores de todos los colores y las terrazas de los locales están repletas de gente comiendo, tomando cócteles o disfrutando de un café.
Cuando hayas terminado de ver las tiendas de la zona y de sacar fotos, siéntate tú también y empápate del ambiente único que se respira en este barrio.
Oionos Café es una buena elección, y sirven un café estupendo. También preparan buenos gin-tonics, y puedes tomarte un par por menos de diez euros.
Este museo está repleto de piezas de arte antiguo que datan hasta del tercer milenio antes de nuestra era, ahí es nada... No es demasiado grande, así que no te llevará demasiado tiempo verlo, pero sin duda merece la pena.
Los objetos expuestos son excelentes y muy variados, y se ofrece muchísima información sobre cada pieza y cada colección. Hay quien dice que, para aprender sobre historia griega, este museo está a la altura del de la Acrópolis.
Además, es muy interactivo; hay vídeos explicativos de muchos de los artefactos que te permiten descubrir cómo se fabricaban hace miles de años. Sin duda, los siete euros que cuesta la entrada salen a cuenta.
El monte Licabeto es una colina con dos cimas que alcanzan los casi trescientos metros de altura y ofrecen una panorámica espectacular de la ciudad. Si el día está despejado, se puede ver toda el área metropolitana de Atenas, incluida la Acrópolis.
Hay un funicular a mitad de camino más o menos que lleva hasta lo más alto, aunque la mejor opción (y que encima no cuesta ni un céntimo) es subir andando por la escalera que atraviesa el bosque.
En Atenas suele hacer calor y el ascenso tiene su aquel, así que te recomiendo que dejes esta actividad para última hora de la tarde, cuando el sol ya no pega con tanta fuerza.
Si consigues llegar a la cima a tiempo de ver la puesta de sol, es un espectáculo maravilloso. Arriba también tienes una cafetería, aunque los precios no son para todos los bolsillos, así que mejor llévate una botella de agua y algo para picar.
Grecia ha aportado cosas muy valiosas a la humanidad, como la democracia, la arquitectura clásica, la filosofía o el teatro, pero creo que todos estamos de acuerdo en que eso no son más que nimiedades en comparación con su gran contribución gastronómica: el gyros.
Hay un sinfín de sitios geniales en Atenas para probarlo, pero el más famoso es O Thanasis, en la calle Mitropoleos (ya te hemos hablado de ellos en alguna ocasión).
Son unos auténticos maestros del gyros y, aunque algunos platos cuestan más de diez euros, la mayoría son más baratos. Créeme, ir a Atenas y no comer en este local es prácticamente un pecado.
Brettos (en el barrio de Plaka, del que te hemos hablado más arriba) es probablemente uno de los bares más emblemáticos de Atenas, así que no esperes tenerlo para ti solito. Eso sí, se ha ganado a pulso su estatus de local de culto…
La decoración, para empezar, es fascinante; dos de las paredes están cubiertas desde el suelo hasta el techo de estantes repletos de licores de diferentes colores (y sabores) y otra está llena de barriles antiguos.
Además, esta gente prepara un ouzo para perder la cabeza. Llevan más de un siglo haciéndolo, así que han tenido tiempo de sobra para perfeccionar su técnica. Pásate por allí, toma asiento (si tienes suerte de encontrar hueco, claro está) y gástate los diez euros en unos licores griegos de primera. Ah, y no te juzgaremos si decides mandar a la porra el presupuesto. ¡Que disfrutes!
Vuelos a Atenas
- Dee Murray