¿Se te ocurre mejor plan para este verano que disfrutar del sol, hincharte a helados y pasarte el día deslizándote por gigantescos toboganes de agua?
Pues prepárate, porque aquí te traigo once de los parques acuáticos más increíbles y divertidos de Europa para que vayas eligiendo...
Fasouri Watermania está a menos de una hora en coche de Lárnaca y Pafos, y ofrece cien mil metros cuadrados de pura diversión.
Este parque acuático, que hasta ha ganado premios, tiene una descomunal piscina de olas, entre otras muchas atracciones. No te pierdas el Agujero Negro o el Kamikaze.
Si no te van las alturas ni la velocidad, hay un río artificial por el que puedes hacer un crucero con toda la tranquilidad del mundo, y también una zona de masajes para los padres que estén al borde del colapso y necesiten unas vacaciones de las vacaciones.
Adultos 30 €, niños 17 €. Abierto de mayo a octubre.
Este parque acuático temático inspirado en la Antigua Grecia, con sus columnas blancas, sus embarcaciones características y sus estatuas clásicas, está ubicado en la ciudad fiestera por excelencia del país chipriota.
En él te encontrarás enormes toboganes de colores chillones y nombres sugerentes, como el Salto de Apolo, el Río Odisea o la Caída de Ícaro.
Hay un sinfín de atracciones que harán que se te suba el estómago a la garganta, además de una piscina de olas, zonas para tomar el sol y hasta toboganes para gente que no sepa nadar.
Por cierto, déjate las chanclas o los calcetines puestos (cuando el sol aprieta el suelo alcanza una temperatura abrasadora) y prepárate para divertirte como nunca.
Este edén acuático en plenos Alpes franceses ha sido diseñado para que te sientas como en un paraíso en medio de una jungla tropical, con rocas enormes y árboles frondosos.
Te va a encantar el río artificial, con sus zonas de chorros para relajarse, y también el tobogán, la piscina, el rocódromo y las áreas de juego infantiles. El aquapark abre en la temporada de esquí y durante todo el verano.
En invierno el balneario al aire libre está climatizado, así que puedes sumergirte en el jacuzzi mientras observas las estrellas y respiras el gélido aire alpino. Eso sí, vete preparándote para pasar frío al salir, quedas advertido.
Adultos 8 €, niños 6 €. Abierto en verano y durante la temporada de esquí. Cierra los sábados.
¿A que no tenías ni idea de que se puede disfrutar de una experiencia tropical a solo 35 km de Berlín? Tropical Islands está en un antiguo hangar reconvertido en una cúpula de 360 metros de diámetro repleta de diversión en estado puro.
Cuenta con una laguna, una playa, botes de choque (como los coches de choque, pero en versión acuática), el tobogán más grande de todo el país (con 27 metros, ahí es nada), y hasta se puede montar en globo.
Además, hay una zona de balneario y sauna que cuesta ocho euros adicionales y tiene su propio templo Angkor-Wat. Por si todo esto fuera poco, también hay un bosque tropical con tortugas, flamencos y guacamayos, entre otros animales exóticos.
Vamos, que lo tienen todo bien montado para que no te aburras ni un solo segundo.
Adultos 36 €, niños 28,50 € (gratis para los menores de cinco años). Abierto todos los días de ocho de la mañana a nueve de la noche.
Este parque acuático, ubicado muy cerquita de Burdeos o Biarritz, es una auténtica locura. No es el típico aquapark con toboganes de colores estridentes y riachuelos artificiales, sino más bien un enorme circuito de obstáculos flotante.
Hay una catapulta gigante, un tobogán descomunal, grandes pelotas hinchables y todo lo necesario para descargar adrenalina en el agua. Lleva algo de comer para recargar las pilas y no te olvides de dejar el miedo en casa.
Se puede pagar por horas sueltas, por medio día o por un día completo.
A partir de 6 € por una hora. Abierto de junio a septiembre.
Como ya habrás deducido por el nombre, Siam Park es un parque acuático inspirado en Tailandia.
En él te esperan dragones, toboganes con nombre de serpientes, la piscina de olas más grande del mundo y un templo tailandés con un tobogán de 28 metros de altura que casi parece vertical.
Si te van las emociones fuertes, este lugar va a ser tu santuario. Las atracciones son una auténtica pasada y, aunque creas que no conoces el miedo, seguro que alguna hace que te tiemblen un poco las piernas.
Adultos 34 €, niños 23 €. Abierto todo el año.
Slide & Splash está a las afueras de la ciudad de Lagoa, en el precioso Algarve portugués. Tiene siete hectáreas de superficie con toboganes de agua para todos los gustos.
Además, se organizan espectáculos de cetrería, de aves exóticas y de reptiles a diario, y hay una amplia zona verde para que te tumbes al sol.
Si vas sin coche, no te preocupes, porque se puede llegar en autobús desde casi todos los grandes hoteles de la zona.
Entrada normal 27 €, menores de once años 19 €. Abierto de abril a octubre.
Una de las ventajas de este parque acuático es que está a solo una hora de Barcelona, así que te puedes plantar allí en un pispás durante una escapada a la Ciudad Condal.
Pero vamos, que eso es lo de menos, porque la estupenda piscina de olas y los enormes toboganes serpenteantes son motivo más que suficiente para visitarlo.
El aquapark forma parte del famoso complejo de ocio PortAventura, así que, si lo de estar todo el día a remojo no va contigo, siempre puedes optar por las montañas rusas. Este lugar se diseñó con el único objetivo de hacerte pasar el mejor día de tu vida, así que aprovecha.
Entrada normal 22,80 €, niños (de cuatro a diez años) 22 €. Abierto de mayo a septiembre.
Alpamare está a una hora y media de Basilea, y es el parque acuático cubierto más grande de Europa, así que puedes disfrutar de sus atracciones durante todo el año aunque llueva a cántaros o haga un día de perros.
Cuenta con piscinas climatizas, incluida una enorme al aire libre, un río artificial y once toboganes increíbles. Te recomiendo dos: el Ice Express, toda una experiencia sensorial, y el Cobra Pipe si quieres un subidón de adrenalina.
Antes de tirarte por ellos, respira hondo y no lo pienses demasiado.
Adultos 36 €, niños 29 € por una entrada de cuatro horas. Abierto todo el año a partir de las diez de la mañana.
Este parque acuático está en la espectacular isla de Rodas, lo cual ya de por sí es un reclamo bastante efectivo.
Pero es que encima cuenta con cinco toboganes que son pura adrenalina (el “tazón espacial” es de lo mejorcito que te puedes encontrar), un montón de toboganes aptos para toda la familia, una piscina de olas, un tobogán para hacer carreras y un entorno que enamora.
Es un lugar perfecto para disfrutar en familia, y te aseguro que los mayores lo pasan igual de bien (si no mejor) que los más pequeños de la casa.
Entrada normal 24 €, niños (hasta doce años) 16 €. Abierto de mayo a octubre.
Aqualandia Jesolo se encuentra a las afueras de Venecia. No es de los parques acuáticos más grandes de Europa, pero es un lugar agradable, está limpio y muy bien cuidado, y ofrece todo lo necesario para que pases el día correteando de un lado a otro y disfrutando como un enano.
El Captain Spacemaker (uno de los toboganes de agua más altos del mundo) y las Barracudas, tres toboganes para hacer carreras, son dos de las atracciones estrella.
Adultos 31 €, niños 27 €. Abierto de finales de mayo a septiembre.
- Dee Murray
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