Varsovia, la ciudad héroe que vio la guerra

La primera instantánea que tenía de la capital polaca era la de una ciudad gris, con un marcado carácter comunista, tiempo gélido.

 

Sin embargo, no hay nada como viajar para cambiar los prejuicios y darse cuenta de que la “ciudad que vio la guerra” (Warsaw, en inglés) atesora tantos ingredientes como variedades de pierogis existen en Polonia.

 

Varsovia es una ciudad que resurgió de las cenizas después de la devastación sufrida durante la Segunda Guerra Mundial en la que casi el 85% de la ciudad se vio reducida a escombros y 700.000 personas perdieron la vida.

 

Ahora se ha convertido en uno de los destinos europeos con innumerables atractivos, poco masificado, al que escaparte un fin de semana para visitarlo con tranquilidad. ¿Te vienes? ¡Espera! De aperitivo, una vídeo guía para que las ganas de viajar a Polonia vayan in crescendo.

Chopin al aire libre

Fryderyk Chopin es considerado el varsoviano más famoso. Fue un compositor y virtuoso pianista polaco que representa un icono en la movida cultural de la ciudad.

 

La mejor manera de entender su música es relajándose a los pies de su monumento en el Parque Real Łazienki que representa al compositor con aire meditabundo sentado bajo la sombra de un sauce azotado por el viento.

 

Cada domingo, durante la primavera y el verano, podrás escuchar los conciertos de piano con un repertorio únicamente de Chopin.

 

Es una cita ineludible para los viajeros y residentes, un evento gratuito que te da la oportunidad de conocer también el parque público más extenso de Varsovia con palacios y un jardín botánico que podría ser aspirar a ser uno de los más grandes de Europa.

 

Cuando estés en el Parque Real Łazienki ten en cuenta que está prohibido el uso de bicicletas y patines para no ahuyentar a las ardillas o los pavos reales que verás con facilidad a lo largo del camino.

Centro histórico de Varsovia

¡Sí! Es cierto que Varsovia es una ciudad moderna pero también presume de su Ciudad Vieja o Stare Miasto, que es el barrio más antiguo de la capital y patrimonio cultural según la UNESCO, con una sucesión de monumentos, palacetes, iglesias góticas, sus muros defensivos, casas coloniales, edificios coloridos renacentistas y barrocos, terrazas… es arte palpitante.

 

Una curiosidad: aquí encontrarás la casa en la que nació Maria Sklodowska-Curie (Nº 16 de la calle Freta).

Cerca del centro está Mały Powstaniec, “El Pequeño Insurrecto”, que es la estatua diseñada en conmemoración a los niños soldado que lucharon y fallecieron durante el Alzamiento de Varsovia de 1944.

 

Une lo nuevo y viejo de una misma ciudad a través de un recorrido por sus callejones.

Sirena de Powiśle, leyenda varsoviana

Cuenta la leyenda que el día menos pensado llegó para quedarse una hermosísima sirena que enamoró con su voz a los pescadores. Atravesó muchas vicisitudes en la capital polaca y recibió una muy buena ayuda que la hizo comprometerse con la defensa de la ciudad.

 

La sirena, armada con una espada y un escudo, la verás en muchos rincones de Varsovia. Sin ir más lejos está en el escudo de la ciudad.

 

El monumento más representativo lo encuentras junto al río Vístula, al lado del Puente Świętokrzyski, uno de los pocos que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial casi sin deterioro.

 

Desde su pedestal de arenisca rodeado por fuentes, la Sirena de Powiśle te dejará con ganas de saber más sobre su leyenda. También encontrarás otra en Rynek Starego Miasta, la plaza del mercado en la Ciudad Vieja.

El museo más moderno de la capital por tan solo 2.30€

El neón fue una útil estrategia propagandística en zonas comunistas como Polonia. Para el capitalismo esplendoroso representó un símbolo, para la historia son reliquias anacrónicas y para el Neon Muzeum es como una especie de analépsis multisensorial, un paraíso hipster ubicado en un almacén industrial de la Soho Factory.

La colección permanente del museo cuenta con un centenar de antiguos rótulos de neón y otros carteles, la mayoría diseñados por grandes artistas de la época, que documentan el impacto publicitario que hubo durante la postguerra.

 

Tendrás el gustazo de ver desde un gato con botas hasta la sirenita varsoviana, luces de todos los colores y formas. Lo mejor es el precio: 10ZŁ (2.30€) ¿te lo vas a perder?

Un viaje culinario por la Varsovia oriental

¿Te gustaría vivir la experiencia de ver a un chef preparar tu plato gourmet?

 

En el restaurante Warszawa Wschodnia tienen como filosofía que “la cocina es una excusa para unir a las personas”, por lo que el punto central del lugar es una gran mesa en forma de barra donde podrás ver en directo a los chefs realizar su trabajo.

 

También puedes apuntarte con un grupo a los talleres de cocina que ofrecen.

El apetito se despierta rápidamente cuando ves y te aventuras al contraste de sabores que combinan la tradicional cocina polaca con la adición de la nueva cocina francesa.

 

Si una crema de calabaza con almendras tostadas, un filete sazonado polaco y el especial Gessler tarta de chocolate no te hacen feliz, dudo que otra cosa lo haga.

 

Como dice el creador de este arte, Mateusz Gessler, si te aventuras a este viaje culinario: Veni, vidi… ¡zjedli!

Conoce cómo era la vida en la Polonia comunista

Al entrar ya sientes que estás atravesando la línea temporal de lo que fue la República Popular de Polonia. Según caminas de un extremo a otro vas saltando de evento en evento, de 1950 a 1980 y de régimen a protestas.

 

Afiches de Stalin, vinilos de la década, máquinas de escribir, una tetera típica (czajnik), un salón de un antiguo piso polaco, entre otros, son los elementos que recrean en el museo Czar PRL, la censura y el toque de queda de la dictadura comunista.

 

En este recinto podrás palpar la historia que muchas veces has leído en los libros. Además el museo está ubicado en el barrio de Praga que es el único distrito en Varsovia que no fue destruido por los nazis.

Vista panorámica en el Palacio de la Cultura y la Ciencia

Desde la planta 30 del edificio más representativo de Varsovia, aunque quizás no el más querido debido a su pasado, tendrás una magnífica panorámica 360 de la ciudad.

 

Es la torre más alta con una altura de 188 metros y en verano se está muy bien porque colocan tumbonas para descansar del calor. Subir a la plataforma de observación del Palacio de Cultura y la Ciencia no es complicado, sólo debes comprar la entrada que cuesta unos 20ZŁ (4.60€).

 

- Iosu López