El condado de Cornualles, con la amabilidad de sus gentes, sus impresionantes olas y sus kilómetros y kilómetros de costa virgen, es uno de los mejores destinos para organizar el viaje por carretera de tu vida.
En Cornualles puedes disfrutar de un fin de semana repleto de acción, surfeando y haciendo senderismo, o pasar quince días de auténtico relax mientras descubres el patrimonio histórico, los espectaculares paisajes costeros y los pubs más acogedores de la región.
Aquí tienes un par de consejos para lograr que tu viaje sea inolvidable.
La ciudad costera de Newquay, célebre por sus coloridas tiendas, cafeterías y pubs a orillas del mar, es el destino preferido de muchas familias, parejas y grupos de amigos que visitan Cornualles. Gracias a las doce playas que la rodean, podrás disfrutar de un refrescante chapuzón cada vez que te apetezca.
Además, la fama de Newquay como destino turístico hace que haya un sinfín de alojamientos entre los que elegir.
Tienes desde albergues baratísimos para surfistas hasta hoteles de lujo con vistas espectaculares, así que no te será difícil encontrar el que mejor se adapte a sus gustos y a tu bolsillo.
Yo me alojé en el impresionante Fistral Beach Hotel and Spa, y me despertaba cada mañana oyendo el relajante sonido de las olas al romper contra la orilla y el agradable graznido de las gaviotas.
Desde las ventanas del hotel tenía unas vistas maravillosas de la playa y dejaba las cortinas abiertas todos los días para poder admirar los preciosos amaneceres.
A solo una hora en coche de Newquay puedes disfrutar de los paisajes más impresionantes del condado.
El Cabo de Cornualles es un pequeño promontorio icónico que se alza en el punto justo en que las aguas del Atlántico se dividen en dos y siguen su curso hacia el Canal de la Mancha en el sur o hacia el Canal de Bristol y el Mar de Irlanda en el norte.
Es un lugar de intensos vientos y fuerte oleaje donde se pueden recorrer preciosos senderos. No te pierdas las Rocas Brison, situadas mar adentro, donde en el pasado encallaron multitud de barcos.
También se dice que hicieron las veces de prisión en algún momento de la historia.
Además, el trayecto desde Newquay hasta el Cabo de Cornualles recorre parte de la conocida como Costa del Estaño, la mayor zona industrial del Reino Unido declarada Patrimonio de la Humanidad.
Allí podrás descubrir preciosos paisajes verdes y las ruinas de antiguas minas de estaño de principios del siglo XIX.
Hay un sinfín de zonas en Newquay y sus alrededores para practicar surf, con olas para todos los niveles, aunque sin duda la más famosa es la Playa de Fistral.
Con sus más de 750 metros de largo, tiene una extensión más que suficiente para acoger a los cientos de surfistas que se acercan a practicar su deporte favorito en cualquier época del año.
En invierno hay unas olas de infarto que alcanzan los treinta metros de altura, mientras que en verano se puede disfrutar de temperaturas más agradables y unas olas más pequeñas, perfectas para los que acaban de empezar y aún tienen que cogerle el tranquillo a las diferentes técnicas sobre la tabla.
Si nunca has hecho surf, te recomiendo que des una clase en la Quiksilver Surf School, una academia que cuenta con grandes profesionales que te guiarán en todo momento hasta que cojas tus primeras olas.
Cornualles es un auténtico paraíso para los amantes del senderismo, puesto que cuenta con mil y una rutas que atraviesan peñascos, marismas, puertos con coloridos barcos pesqueros e imponentes miradores sobre preciosas playas de arena.
Además, casi quinientos kilómetros del mítico Sendero de la Costa Sudoeste recorren Cornualles, una ruta perfecta tanto para expertos en senderismo como para principiantes.
Yo empecé la ruta a escasos metros del hotel en el que me hospedaba y la seguí a través de los paisajes rocosos y de la idílica Playa de Crantock, un rincón donde se puede disfrutar de paz y tranquilidad incluso en temporada alta.
Por cierto, acuérdate de llevar la cámara para capturar unas instantáneas espléndidas.
Por si todo lo que te he contado sobre Cornualles no fuera suficiente para elegirlo como próximo destino, el condado alberga además el invernadero tropical más grande del mundo.
Las enormes cúpulas geodésicas del Proyecto Edén recrean diversos climas y ecosistemas naturales, desde las selvas e islas tropicales del Sudeste Asiático, África Occidental o Sudamérica hasta los biomas del Mediterráneo, Sudáfrica, California o el oeste de Australia.
El propósito principal de este extraordinario complejo es divulgativo, pues pretende conectar a visitantes de todas las edades con el medio en el que viven y sensibilizar al público sobre la importancia de trabajar por un futuro sostenible.
El proyecto también acoge conciertos en directo y constituye, sin duda, uno de los escenarios más bonitos de toda Europa.
Después de una intensa jornada recorriendo las rutas costeras, no hay nada mejor que relajarse frente a una chimenea y disfrutar de una sidra y algo de picar en uno de los tradicionales pubs.
A la hora de la cena, te recomiendo el restaurante del Lewinnick Lodge, donde podrás contemplar unas vistas imponentes de la Playa de Fistral mientras tomas algo al atardecer. Degusta su gastronomía europea contemporánea con productos de temporada y pon el broche de oro al día con un gin-tonic elaborado con ginebra artesana de la destilería Tarquin’s.
- Ben Holbrook