Diez cosas que hacer en Pisa por menos de diez euros

Si piensas en Pisa, seguro que lo primero que te viene a la mente es su celebérrima Torre Inclinada, pero esta ciudad italiana tiene muchos más atributos para ganarse un huequecito en tu corazón, sea cual sea tu presupuesto. Como suele decirse, para muestra, un botón, así que aquí tienes una lista de diez cosas geniales que puedes hacer, ver y comer por diez euros o (mucho) menos.

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Fotos: Filter Coffee Lab.

Y hacerlo como un campeón en el Filter Coffee Lab, un local que sirve unos desayunos para chuparse los dedos.

 

En el país de la bota, el desayuno por excelencia consiste en un café y un bollo (normalmente un cornetto, la versión italiana del cruasán), y esa es sin duda una buena opción para dar el pistoletazo de salida a la jornada de turisteo. Sin embargo, si eres de los que prefieren algo más contundente, como huevos o tortitas, Filter se va a convertir en uno de tus sitios preferidos.

 

Puedes tomarte unos huevos con beicon o unas deliciosas tortitas con un excelente capuchino o latte por menos de nueve euros.

Ver la Piazza dei Miracoli, obviamente

 

Esta plaza es el epicentro turístico de Pisa. En realidad, su nombre oficial es Piazza del Duomo, pero allá por 1910 el novelista y poeta Gabriele d’Annunzio se refirió a ella como la Plaza de los Milagros y el nombre caló hondo entre los lugareños.

 

Decir que es un lugar precioso e imponente es quedarse corto. Allí están concentrados los monumentos más importantes de la ciudad, como la Catedral de Santa María Asunta, el Baptisterio y, por supuesto, la imprescindible Torre Inclinada.

Hacerte la foto de marras con la Torre Inclinada

Fotos: Facebook

Ya sabes a qué foto me refiero, ¿no? Es la que se hace cualquier turista que visita Pisa y que tiene dos variantes: o bien parece que estás sujetando la torre para que no se caiga o bien que estás intentando tirarla abajo.

 

Qué más da que la tenga todo el mundo; es un recuerdo genial de tu viaje y, además, la originalidad está sobrevalorada.

 

Lo más importante a la hora de sacar la instantánea es colocarse a la distancia adecuada de la torre para que parezca que la estás sosteniendo o empujando con las manos, los pies, la cabeza… o la parte del cuerpo que más te apetezca.

 

Y recuerda que el fotógrafo se tiene que esmerar un poco si quieres que el efecto quede logrado.

Comer en L’Ostellino

Este diminuto local es el sitio perfecto para hincarle el diente a los panini con los que llevas soñando toda la vida. Pídete un pan crujiente relleno de ingredientes regionales, como queso pecorino, lardo, salchicha cruda, porchetta, pesto fresco, ciervo o prosciutto.

 

En L’Ostellino hay pocas mesas, pero te puedes pedir el panino para llevar y buscar un rinconcito agradable para sentarte y comértelo (la Piazza dei Miracoli está a solo cinco minutos andando).

 

Además de lo rica que está la comida, este sitio tiene una decoración tradicional y es de lo más fotogénico. Los paninis cuestan unos cinco euros, o siete si optas por algunos de los especiales, y te garantizo que valen cada céntimo.

Ver el grafiti de Keith Haring

Keith Haring empezó a pintar grafitis con tiza en el metro de Nueva York en la década de los ochenta. Sus inconfundibles murales causaron sensación y no tardó en convertirse en un artista reconocido y en empezar a recibir encargos para plasmar su arte no solo en Estados Unidos, sino por todo el planeta.

 

Uno de esos encargos fue Tuttomondo (“el mundo entero”, una obra que representa la paz y armonía mundial) en la ciudad de Pisa. Se trata de una pintura enorme y llena de color creada en 1989 que pretende ser un homenaje a las personas que trabajan juntas y viven en paz.

 

Desgraciadamente, fue la última obra pública del artista, que murió de sida en 1990. Sin embargo, su legado aún pervive gracias, entre otros, a este icónico mural que no puedes perderte por nada del mundo.

Ir de tiendas en Borgo Stretto

Borgo Stretto es la calle comercial más chic de Pisa, repleta de tiendas de diseñadores. Es verdad que poco vas a hacer allí con un billete de diez, pero hasta la fecha a nadie le han cobrado por pasear y mirar los escaparates con ojos golosos.

 

La calle siempre está animada y allí se encuentran varias atracciones turísticas, como una escultura de madera de la Virgen en uno de los extremos o la casa natal de Galileo Galilei (reconvertida en una cafetería estupenda en la que te puedes gastar los diez euros para recargar las pilas).

Coger el tren a Lucca

Lucca es uno de los rincones con más encanto de la Toscana y te puedes plantar allí en tren en media hora por solo cuatro euros y medio.

 

Esta preciosa ciudad puede presumir de conservar prácticamente intactas las murallas que se erigieron para protegerla en el siglo XVII. Pasear por ellas no cuesta ni un céntimo y, por si fuera poco, te permiten disfrutar de unas vistas estupendas de Lucca.

 

Si te gusta esa panorámica, te recomiendo que pagues los cuatro euros que cuesta subir a la Torre Guinigi, desde donde las vistas son aún más imponentes. Si quieres comer sin gastar demasiado, mi consejo es que te pidas un sándwich en Pan di Strada; valen entre tres y cuatro euros y medio, y te darán energías más que de sobra para toda la tarde.

Ver el Palazzo Blu

El Palazzo Blu es un precioso y céntrico palacio restaurado, situado a orillas del río, que acoge una extraordinaria colección de piezas de arte de la ciudad desde el siglo IV hasta el siglo XX.

 

Además de la colección permanente, esta galería organiza exposiciones temporales y acoge eventos culturales, y, aunque estuviera completamente vacía, merecería la pena entrar solo por ver en persona su espectacular interior. Si no te he logrado convencer aún, ahí va un último motivo de peso: la entrada es totalmente gratuita.

Pasear por el Jardín Botánico

Foto: Facebook

El Jardín Botánico de Pisa es un pequeño oasis en el corazón de la ciudad a donde puedes ir a respirar aire puro, pasear entre plantas y árboles preciosos, y disfrutar de la paz y tranquilidad de este jardincito algo destartalado pero con encanto a raudales.

 

No esperes encontrarte un lugar cuidado en exceso, arbustos podados al milímetro ni césped cortado con esmero; la magia de este lugar es que te da la sensación de estar en un sitio secreto y apartado. Además, la entrada solo cuesta dos euros y medio.

Comer pizza

Fotos: Facebook

Si estás en Italia y vas con el presupuesto justo, ¿qué mejor opción para coger fuerzas que una buena pizza?

 

En Pisa hay un montón de locales estupendos y muy económicos, pero mi recomendación es sin duda La Taverna di Pulcinella. Las pizzas rondan los seis o siete euros y, si lo prefieres, puedes pedirte un menú por diez creado con los ingredientes frescos de temporada que tengan disponibles en cada momento.

 

Por cierto, también venden pizzas por metros.

 

¡Por metros! No hace falta decir más.

 

Vuelos a Pisa

 

- Dee Murray