Siete de los museos más curiosos de Europa

Museo del Helado, Bolonia

¿Un museo dedicado al helado? Que alguien me pellizque, porque debo de estar soñando… El Gelato Museum Carpigiani, situado a las afueras de Bolonia, te permite conocer la historia del helado desde sus inicios en el siglo XI hasta los deliciosos sabores que conocemos hoy en día.

 

Una vez aprendida la lección de historia, dirígete sin perder un segundo a la zona de degustación, donde por solo tres euros podrás mandar a la porra la dieta y atiborrarte a sorbetes refrescantes y helados cremosos.

 

Gelato Museum Carpigiani, Via Emilia, 45, 40011 Anzola dell’Emilia, Bolonia

Museo de Botellas en Miniatura, Oslo

Siéntete como Alicia en el País de las Maravillas en este museo de botellas en miniatura. Esta insólita galería es la única de este tipo en todo el mundo y alberga más de 53 000 minibotellas.

 

Aunque no te dejan beberte ninguna de las muestras (vaya chasco, ¿eh?), lo que sí puedes hacer es tirarte por un tobogán hasta la surrealista “Sala de los horrores”. Todo un espectáculo.

 

The Mini Bottle Gallery, Kirkegata 100153, Oslo

Museo de la Currywurst, Berlín

El Museo de la Currywurst de Berlín es una oda a una de las comidas preferidas de los alemanes. Incluye pantallas interactivas que te llevan en un viaje desde los humildes orígenes de la Currywurst en la década de los cuarenta hasta su ascenso a la categoría de alimento casi icónico.

 

Demuestra tu maña haciendo salchichas virtuales, regala a tus fosas nasales una experiencia aromática inigualable en la cámara de las especias, repantíngate en un sofá con forma de embutido y disfruta de la música que emana de los reproductores con forma de bote de kétchup.

 

Hínchate a hacer fotos de todo y revoluciona tu cuenta de Instagram.

 

Deutsches Currywurst Museum, Schützenstraße 70, 10117 Berlín

Museo del Diablo, Kaunas

El Museo del Diablo, con sus muñecos de peluche y sus tallas antiguas de madera, es en realidad mucho menos siniestro de lo que sugiere su nombre.

 

Fue fundado por el excéntrico artista lituano Antanas Žmuidzinavičius, que reunió más de dos mil representaciones de demonios de todo el mundo, incluyendo esculturas políticas (con Hitler o Stalin como diablos bailando una danza de la muerte) y ramas y guijarros que guardan cierto parecido con el Príncipe de las Tinieblas.

 

Žmuidzinavičius Museum, V. Putvinskio g. 55, Kaunas 44211

Museo de los Neones, Varsovia

Hay veces que lo que para unos no es más que basura para otros es un verdadero tesoro.

 

Ese es el caso de David Hill e Ilona Karwinska, dos personas que tuvieron una idea genial allá por 2005 cuando decidieron convertir su adorada colección de señales de neón de la Guerra Fría en un museo único.

 

Desde entonces, la exposición ha ido aumentando hasta albergar cientos de piezas y se ha convertido en la mayor colección de neones de toda Europa.

 

Museo de los Neones, Mińska 25, Soho Factory, edificio 55, Varsovia

Museo Atlántico, Lanzarote

Prepara las gafas de buceo y las aletas, porque para ver el Museo Atlántico vas a tener que sumergirte a doce metros de profundidad en la costa sur de la isla canaria.

 

Se trata del primer museo submarino de Europa y muestra esculturas humanas creadas por el artista británico Jason deCaires Taylor, responsable también del museo subacuático de Cancún, en México.

 

Cada una de las estatuas del museo fue creada para fomentar la vida marina y se pretende que con el tiempo llegue a incluir unas trescientas obras.

Museo de Saleros y Pimenteros, Guadalest

El Museo de Saleros y Pimenteros de Guadalest, situado a unos 25 kilómetros de Benidorm, es propiedad de la arqueóloga Andrea Ludden, quien ha logrado reunir durante las últimas tres décadas unos veinte mil saleros y pimenteros de todas las formas y colores imaginables, desde originales figuras de los Beatles de los años sesenta hasta adorables canguros.

 

El museo de Guadalest es el segundo de este tipo que abren Andrea y su marido, pues también dirigen otro en Gatlinburg, Tennessee, desde 2001. Eso sí que es pasión por las especias.

 
Avinguda d’Alacant, 03517 El Castell de Guadalest, Alicante

 

- Fiona Hilliard