Heidelberg y Karlsruhe, dos tesoros en el suroeste de Alemania

¿Había una vez…? ¿Érase que se era…? No se me ocurre mejor manera de empezar a hablar de Heidelberg que usando una de las fórmulas típicas de los cuentos de hadas. Y es que esta ciudad del estado de Baden-Wurtemberg es como un Disneyland de la vida real o un libro infantil desplegable, con su castillo, sus callejuelas empedradas y hasta un bosque que parece salido de la mente de los hermanos Grimm.

 

La ciudad nos enamoró nada más llegar. Es fácil entender por qué sus espectaculares paisajes han hechizado a artistas, filósofos y poetas a lo largo de la historia.

 

La Biblioteca de Heidelberg

Esta ciudad universitaria (uno de cada cinco de sus residentes es estudiante) tiene un tamaño perfecto para descubrirla a pie y alberga un sinfín de monumentos y lugares de interés turístico, sobre todo en el casco histórico.

 

El casco histórico

Cámara en mano, visitamos su majestuoso castillo, con sus románticas ruinas y preciosos jardines, desde donde se tienen unas vistas espléndidas del casco antiguo y del Valle del Neckar. Desde allí, dimos un paseíto hasta la Universidad de Heidelberg, donde pasamos cerca de una hora curioseando en el museo y la biblioteca. Nos fascinó sobre todo la historia del edificio más infame del campus, la cárcel de estudiantes, donde los alumnos podían ser encerrados por diversas ofensas, como perturbar la paz. Aún se pueden ver los grafitis y dibujos que dejaron jóvenes rebeldes hace más de un siglo. 

Dónde alojarse

Heidelberg

Hotel am Rathaus: Sigue nuestro consejo y alójate en pleno centro de la ciudad. El Hotel am Rathaus fue para nosotros la elección perfecta. Nuestra habitación, espaciosa y tranquila, tenía unas vistas estupendas de la plaza principal de Heidelberg, además de televisión y conexión a internet. Fue un centro de operaciones inmejorable desde el que explorar cada rincón. Además, el desayuno estaba riquísimo.

 

Dónde comer

Strudel de manzana

Si quieres disfrutar de una comida ligera y deliciosa, no te pierdas Altes Zeughaus, un sitio muy popular entre los estudiantes, pero capaz de conquistar a cualquiera. Sigue el ejemplo de los universitarios, coge una bandeja, elige los platos que más te apetezcan y paga en función de su peso. Durante nuestra estancia, este local fue nuestro preferido para comer.

 

Para cenar, te recomendamos el restaurante Vetters Alt, que está en pleno centro, a tiro de piedra de nuestro hotel. Sirven platos tradicionales y cervezas artesanales en un entorno informal y muy acogedor. Sigue nuestro consejo y pídete las salchichas con chucrut, y no te olvides de dejar hueco para una buena porción de strudel de manzana. No te arrepentirás. Para terminar la velada, si te gusta la música y quieres empaparte del ambiente nocturno de la ciudad, pásate por Cave 54, el club de jazz más antiguo de Alemania.

 

Dónde ir de compras

Dulces de Heidelberg

En la ciudad hay muchísimas boutiques y tiendas de artesanía muy interesantes. Si te entusiasman los dulces, no te pierdas Heidelberger BonBon Manufaktur, un frenesí de chocolate, gominolas, caramelos y piruletas de todas las formas y colores imaginables. Si reservas con antelación, podrás asistir a unas de las clases que imparten para aprender a elaborar tus propias chucherías. 

Karlsruhe

Karlsruhe

Karlsruhe está a solo cuarenta minutos en coche de Heidelberg y es un destino estupendo para pasar el día. Es una de las ciudades más calurosas del país, con una temperatura media anual de cerca de once grados, lo que la convierte en un lugar magnífico para disfrutar al aire libre. 

El Jardín Botánico

De hecho, dos de los mejores recuerdos que nos llevamos del viaje son los paseos por el recinto del zoo y por el espectacular Jardín Botánico que rodea el Palacio de Karlsruhe.

 

La Selva Negra

Para ponerle la guinda al pastel, fuimos a la Selva Negra, un lugar de ensueño para hacer senderismo o montar en bici cuya belleza te deja casi sin aliento, y que se encuentra a un paso de la ciudad. Nuestro viaje fue muy cortito y apenas nos dio tiempo a descubrir esta maravilla, pero queda pendiente para la próxima escapada.

 

Vuelos a Karlsruhe