Siete cosas que te llevarás a casa de tu viaje a Toulouse

Fotos con el rosa como protagonista

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Toulouse, conocida como La Ville Rose (la Ciudad Rosa), recibe ese sobrenombre por el color de los ladrillos de muchos de sus edificios. Hay que decir que nada es comparable a la imagen que ofrece la ciudad al alba y al atardecer, cuando las construcciones de terracota adquieren unas preciosas tonalidades rosa intenso. Si quieres tomarte un café y disfrutar de unas vistas estupendas, sigue el ejemplo de los lugareños, ve a la Place du Capitole, la plaza principal, y toma asiento en una de las terrazas frente a la espectacular fachada del Capitolio. Muy cerquita de allí, las callejuelas del maravilloso casco histórico, el Vieux Quartier, están repletas de cafeterías, tiendas y restaurantes con mucho encanto. Aquí no te van a hacer falta filtros... 

Algún kilito de más

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Las cocinas de Toulouse están más que preparadas para conquistar tu paladar con suculentos cassoulets (guisos de carne y alubias), pato asado, foie gras y las salchichas típicas de la ciudad. Acuérdate de dejar hueco para los exquisitos postres, como la fenetra, una delicia elaborada con merengue, mazapán y mermelada de albaricoque. Si quieres comer y beber sin dejarte un dineral, te recomiendo los bares y restaurantes de la zona de Place St Pierre. Y, si quieres llevarte algún recuerdo a casa, puedes comprar una caja de Pavé du Capitole, bombones de chocolate negro creados por el maestro artesano René Pillon, o de los famosos caramelos de regaliz Cachou Lajaunie. 

Vitamina D para dar y tomar

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Toulouse está situada entre los Pirineos y la costa mediterránea, en una de las regiones más soleadas del país. Aunque en la ciudad hay periodos de lluvias intensas entre los meses de marzo y mayo, durante el verano los termómetros suben bastante y el resto del año las temperaturas son muy suaves. Ese clima tan agradable convierte Toulouse en un destino turístico muy popular durante todo el año, aunque la mejor época para visitarla es hacia finales de primavera o a principios de otoño, cuando hace un calorcito de lo más agradable que invita a dar paseos en barco por el río Garona. 

Victorias deportivas

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Toulouse respira rugby por los cuatro costados. El equipo local, el Stade Toulousain o simplemente el Toulouse, es de los que más victorias acumulan en Europa y hasta se considera uno de los mejores del mundo. Aunque su estadio es el Stade Ernest-Wallon, suelen jugar en el Stadium Municipal de Toulouse. Si quieres ver un partido, el pub Le Dubliners, situado justo a la salida de la parada de metro Saint-Michel Marcel Langer, es un local muy animado para tomarse unas cervezas y vivir la emoción del deporte. 

Pasión por el arte

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Toulouse es una ciudad donde el arte se escribe con mayúsculas, y no hay mejor sitio para apreciarlo que en Les Abattoirs, un matadero reconvertido en galería. La colección permanente incluye más de dos mil pinturas, esculturas y otras piezas de arte moderno y contemporáneo. El “Telón de Picasso” es probablemente la joya de la corona de la galería. Se trata de un telón de teatro creado en 1936 que muestra un minotauro vestido de arlequín. Por motivos de conservación, solo se expone seis meses al año, por lo que merece la pena comprobar con antelación si va a estar disponible al público durante tu visita. 

Amor por la aviación

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Toulouse ha sido considerada durante mucho tiempo la capital aeroespacial de Francia, y sin duda es una ciudad que tiene la vista puesta en el cielo. La fábrica de Airbus, situada a las afueras de Toulouse, es un paraíso para los aficionados a la aviación, al igual que el Museo Aeroscopia, dedicado a la historia de los aeroplanos, donde se puede ver el interior de algunos de los aviones más famosos de la historia. Tampoco hay que olvidar el impresionante parque temático Cité de l’Espace, donde no solo hay un simulador de vuelo, sino también réplicas a tamaño real de la estación espacial Mir y del cohete Ariane 5. 

Recuerdos imborrables

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En los alrededores de Toulouse hay un montón de destinos estupendos para pasar un día inolvidable. Albi, una ciudad medieval declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, destaca por su espectacular arquitectura en tonalidades rosas y está a poco menos de una hora de Toulouse. Hacia el sureste se encuentra la preciosa ciudad fortificada de Carcasona, un lugar imponente en el que merece la pena pasar una noche, mientras que a unos cuarenta minutos tienes el viñedo de Fronton, una región que lleva produciendo vino desde la época de los romanos.

 

Vuelos a Toulouse

 

- Fiona Hilliard