Tour (cuasi) gratuito por Berlín

Mi amiga Nathalie y yo llegamos a Alexanderplatz pasados unos minutos de las once de la mañana, justo cuando una horda de turistas congregada frente al Starbucks empezaba a dividirse en pequeños grupos y se preparaba para emprender la marcha.

 

La noche anterior nos habíamos tomado algún vinillo que otro y aún estábamos un poco groguis, pero si algo tiene el aire berlinés del mes de marzo es que te espabila enseguida.

 

Si vas a hacer el Tour Alternativo Gratuito por Berlín, aquí tienes el mejor consejo que nadie puede darte: en el mes de marzo lleva ropa de abrigo aunque luzca el sol.

 

¿Y cuál es el segundo mejor consejo? Si a ti también te gusta empinar el codo, no seas masoquista y elige el tour de la una del mediodía. Yo tuve que aprender estas dos lecciones por las malas.

 

Los tours salen del mismo punto todos los días a las once y a la una, y llevan desde 2006 mostrando a cualquiera que decida unirse al grupo el arte urbano, los barrios alternativos y otros lugares peculiares de la ciudad.

 

Como yo me había propuesto el reto de pasar un fin de semana en Berlín gastando lo mínimo imprescindible, uno de estos tours gratuitos parecía una opción perfecta para conocer la ciudad.

 

No hace falta reservar, salvo que vayas con un grupo de diez personas o más, lo único que hay que hacer es presentarse en Alexanderplatz (a poder ser, a la hora indicada) y buscar a los guías rodeados de turistas.

Alexanderplatz, y Alex contándonos un montón de curiosidades.

Antes de nada tengo que advertiros una cosa. Estos tours se anuncian como una actividad gratuita, y técnicamente lo son. Vamos, que nadie te va a obligar por la fuerza a que pagues y, si tu intención es no soltar ni un céntimo, puedes hacerlo.

 

Pero la idea es que pagues lo que puedas permitirte y lo que consideres justo. Los guías viven de lo que les dan los turistas, así que lo suyo es hacer lo correcto y dejarles una propina.

 

El guía que nos tocó se llamaba Alex, un chico inglés con una historia de lo más interesante. Llegó a la ciudad hace cinco años para hacer turismo y decidió quedarse.

 

Parece que eso es algo bastante habitual en Berlín, lo cual dice mucho a favor de la capital alemana.

 

Alex montó casi por accidente una empresa que organiza representaciones de ópera por toda la ciudad con el objetivo de hacerla más accesible para el público general.

 

Los tours le permiten ganar algo de dinerillo y concentrarse en la producción de óperas (¡por eso hay que darles propina a los guías!).

 

Los tours son diferentes dependiendo del día y del guía que te toque. El nuestro nos llevó a conocer Kreuzberg, un barrio alternativo al que empezaron a mudarse estudiantes, músicos, artistas y hippies a partir de la década de los cincuenta atraídos por el bajo precio de los alquileres.

Kreuzberg seguirá siendo siempre un barrio maleducado y gamberro… y por eso nos encanta.

Durante esa época también se instalaron en el barrio “Gastarbeiter” (trabajadores invitados) procedentes de Turquía, supuestamente con carácter temporal, pero que nunca llegaron a marcharse.

 

Por eso, en Kreuzberg hay una gran comunidad turca, cuya cultura floreció a la vez que la contracultura de estudiantes, hippies y artistas.

 

Como resultado de esta mezcla, puedes encontrar kebabs por doquier, procesiones de boda a todo volumen, obras increíbles de arte urbano, protestas y manifestaciones, bares estupendos y una comunidad dinámica con un montón de historias que contar.

 

En resumen, Kreuzberg es un barrio al que merece la pena ir.

 

O al que merece la pena mudarse, ya puestos.

 

Alex nos fue contando anécdotas de Kreuzberg mientras recorríamos sus calles, y poco a poco fuimos entendiendo el espíritu del lugar.

 

Pero el plato fuerte del recorrido fueron sin duda los grafitis que adornan sus muros y convierten el barrio en un sitio lleno de vida.

En el sentido de las agujas del reloj, empezando por la izquierda: obras de Os Gemeos, Alaniz, Alias, One Truth y MTO

Arte urbano

Berlín es famosa en todo el mundo por sus muestras de arte urbano, y algunas de las mejores están en Kreuzberg. Los muros del barrio son como una enorme galería al aire libre repleta de obras increíbles de artistas famosos.

 

Da igual que seas experto en arte urbano o que no seas capaz de distinguir un Swampy de un Seen, porque Alex sabe de todo y te contará lo que quieras sobre las diferentes obras y artistas.

 

Hay algunos grafiteros cuya firma verás por todas partes, y muros donde verás un montón de ellas juntas. En la foto de abajo (izquierda) tienes a UF Kidz, Just, y Poet.

 

Quizá las firmas no sean tan estéticas como otras obras del barrio, pero son grafitis en estado puro.

 

Casi enfrente de ese muro tienes otro en el que puedes contemplar el astronauta de Victor Ash, una de las obras más conocidas de Kreuzberg.

 

Fue encargada en 2007 y ha permanecido prácticamente intacta desde entonces, sin contar una inscripción de Just abajo a la izquierda, hecha cuando aún estaba perfeccionando su técnica.

 

Por la noche, se produce un efecto óptico de lo más curioso: se ve la sombra de una bandera de un concesionario cercano justo en la mano del astronauta.

También por esa zona hay una obra impresionante de ROA (como no podía ser de otra forma), en Oranienstraße.

 

ROA crea murales intricados, realistas, algo siniestros e incluso con cierto toque morboso protagonizados por animales autóctonos de la zona donde pinta la obra.

 

Según nos contó Alex, el grafiti de la imagen de abajo mostraba inicialmente un cerdo, pero como el muro estaba justo enfrente de una mezquita decidió convertirlo en una cabra para no ofender a nadie.

 

No hubo presiones ni altercados por el tema, simplemente fue un acto de respeto y consideración hacia los demás, lo cual es de admirar. Bien por ti, ROA.

Nature Mort, de ROA, One Truth y Love Art Hate Cops en la parte superior…

Cerca del Puente de Oberbaum se puede ver el famoso hombre rosa de ojos vacíos del artista BLU, una obra que lleva ahí desde 2007, lo cual es una eternidad teniendo en cuenta que se trata de arte urbano.

 

Blu pintó otros dos grafitis en la zona que fueron borrados aparentemente a petición suya, como protesta por el aburguesamiento del barrio. Es una pena no haber podido verlos, aunque en parte entiendo el motivo para taparlos.

The Pink Man, de Blu, y los grafitis eliminados.

Nuestro tour se centró en todas las cosas geniales que ofrecen Kreuzberg y Berlín (que son muchas), aunque no se puede entender la ciudad sin conocer su turbio pasado.

 

En la actualidad, la capital alemana tiene un ambiente único, es un lugar liberal y sin complejos; a los berlineses les encantan la libertad y la diversión, y se rigen por el “vive y deja vivir”.

 

Supongo que es en parte una reacción a su pasado, que muchas veces fue la antítesis de todo eso. Es fácil olvidar esa parte de la historia mientras recorres las calles de la ciudad, hasta que llegas a una zona donde sigue en pie parte del Muro de Berlín.

 

La Eastside Gallery, en Friedrichshain-Kreuzberg, es una sección de 1,3 kilómetros de longitud que aún se conserva del Muro de Berlín y fue pintada en 1990.

 

Durante las últimas décadas, se han destruido o deteriorado muchas de las obras (tanto por la mano del hombre como por el paso del tiempo), y han tenido que ser restauradas, pero ahí siguen, como un testimonio de la capacidad de la ciudad para transformar algo gris, triste y divisorio en algo bello, unificador y lleno de esperanza.

La Eastside Gallery.

El Tour Alternativo dura unas tres horas e incluye mucho más que arte urbano. Nathalie, que me acompañó durante la visita, llevaba cinco años en Berlín y aun así le resultó tan interesante como a mí (y lograr impresionar a los autóctonos es la prueba de fuego de cualquier ruta turística).

 

Así que, si quieres conocer una cara de Berlín que la mayoría de turistas no llegan a ver y además quieres hacerlo sin despilfarrar, no lo dudes y vete a Alexanderplatz para disfrutar de este tour (cuasi) gratuito.

 

¡Y no te olvides de la propina!

 

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Echa un vistazo a nuestros vuelos a Berlín.