Destinos increíbles para descubrir este verano

Si te pareces en algo a nosotros, te habrás pasado el invierno mirando la lluvia a través de la ventana y soñando con las vacaciones trabajando sin descanso.

Pero no desesperes, porque el calorcito llegará antes de que te des cuenta.

Para hacerte la espera más llevadera y que empieces a hacer planes, hemos preparado esta lista con los destinos europeos más espectaculares. No nos extrañaría que después de leerla te pusieras a buscar vuelos como un loco…

Fuerteventura es una de las islas canarias menos concurridas, y la Playa de Cofete es de los rincones más apartados que puedes visitar.

Es una playa extensa, salvaje y misteriosa a la que no es fácil acceder (hay que recorrer carreteras bastante escarpadas y de vía única en algunos tramos), pero, una vez que estés paseando por la arena, con las montañas de Jandía al fondo, te darás cuenta de que el viaje compensa con creces.

Esta es quizá la piscina natural más bonita de toda Europa… En Gozo no solo puedes disfrutar del placer de sumergirte en las aguas azul cobalto del Mediterráneo, sino que puedes hacerlo en una fascinante cueva vertical submarina.

La lista de rincones espectaculares de las Azores es casi interminable, pero quizá uno de los más llamativos sea Sete Cidades, un inmenso cráter volcánico de casi cinco kilómetros de diámetro que alberga en su interior dos lagos, perfectos para nadar o hacer surf de remo. Sin embargo, lo más impresionante es poder admirar desde arriba las vistas de este imponente cráter.

Los cinco pueblos pesqueros que forman Cinque Terre parecen sacados de un cuento de hadas, con sus pintorescas casas de colores amontonadas sin orden ni concierto sobre los impresionantes acantilados a lo largo de casi diez kilómetros de la costa norte del país. Es un lugar que desprende romanticismo y donde además podrás disfrutar de la exquisita gastronomía italiana.

Formentera es la más pequeña de las Islas Baleares. La única forma de acceder a ella es en barco desde Ibiza, lo que significa que no recibe tantos turistas como sus vecinas.

Formentera es un auténtico paraíso que apuesta fuerte por la protección del medio ambiente (por lo que es de esperar que siga siéndolo en el futuro), donde puedes darte un chapuzón en aguas cristalinas y contemplar imponentes puestas de sol.

Aunque hay un buen trecho desde Oslo, una vez que llegues a Odda, en la costa occidental de Noruega, podrás hacer la ruta de senderismo más increíble de tu vida.

Se tardan entre diez y doce horas en completarla, hay que ascender unos novecientos metros y el dolor de piernas está prácticamente garantizado, pero todo el esfuerzo quedará más que olvidado cuando subas a ese imponente mirador sobre el lago Ringedalsvatnet conocido como la Lengua del Trol.

Vuela a Podgorica y desde allí coge un coche hasta Kotor, a menos de dos horas.

Haz un tour en barco por la bahía y te sentirás como en una escena del Señor de los Anillos, con sus imponentes montañas a ambos lados y sus increíbles aguas cristalinas.

Durante la noche, las luces del pueblo se reflejan en las aguas creando una imagen mágica.

Los Acantilados de Moher son preciosos y aterradores a partes iguales, de un inquietante color negro y unas dimensiones descomunales (superan los doscientos metros en algunos puntos), que se extienden a lo largo de ocho kilómetros en la costa del Condado de Clare.

Cuando hace buen tiempo, ofrecen un paisaje de una belleza arrebatadora. Si el tiempo no acompaña (cosa bastante probable en la costa occidental del país), la experiencia puede ser intimidante, con los furiosos embates del Atlántico, el aullido del viento y la oscuridad del cielo, que crean una estampa digna de Juego de Tronos.

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- Dee Murray