Elche, Benidorm y Villena. Tres tesoros de la Costa Blanca.

Este artículo originalmente ha sido publicado en  The Sun

 

Escapando de las multitudes, descubrí algunos de los secretos mejor guardados de España: Elche, a la sombra de más de 200.000 palmeras; y Villena, con sus maravillosos colores e imponentes montañas… Los pájaros cantan y las campanas de las iglesias resuenan. A partir de ese momento comencé a relajarme.

 

En Castell de Guadalest, posiblemente uno de los pueblos más bonitos de España, es difícil no sentirse a gusto.

 

Es difícil de creer que estás a tan solo 20 minutos de Benidorm.

 

Miles de turistas recorren el sinuoso camino a Guadalest cada año, lo que lo convierte en una de las excursiones de ida por vuelta más populares en la Costa Blanca.

 

Aunque solo 200 personas viven en el pueblo, los turistas lo hacen sentir mucho más concurrido. Pero no te preocupes, podrás encontrar rincones calmados si sabes en dónde buscar: intenta subir las escaleras hasta la cima del castillo o conseguir un lugar privilegiado en el muro con vista al embalse.

  

Mi objetivo se trataba de escapar de las multitudes. Después de volar a Alicante con Ryanair, me dirigí en la dirección opuesta a los turistas y demás británicos en busca de playas y bares.

 

A pocos minutos de registrarme en Pueblo Acantilado Suites, a aproximadamente media hora del aeropuerto, estaba sentado en mi balcón en perfecta paz, admirando las bellas vistas del Mediterráneo.

 

En una dirección puedes ver Benidorm, mientras que en la otra, podrás ver a Alicante.

 

El complejo cerrado ha sido construido para parecerse a una ciudad española tradicional. Desde las calles empedradas hasta las casas pintadas de colores y los puentes de madera, la atención al detalle le da un toque especial.

 

Mi apartamento de dos habitaciones estaba perfectamente ubicado para aprovechar al máximo todo lo que ofrece el resort, desde una variedad de restaurantes hasta la piscina al aire libre y las áreas de bar. Incluso había un spa, así como un pequeño supermercado y una cafetería.

 

Había llegado el momento tan esperado: explorar el lado alternativo de la Costa Blanca y no tuve que viajar más de una hora desde el resort para encontrar el sol, la cultura y algunos de los secretos mejor guardados de España.

 

Elche, a la sombra de más de 200.000 palmeras, es sin duda una de las joyas de la Costa Blanca. De hecho, el impresionante palmeral de la ciudad, o palmeral de dátiles, es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y los más intrépidos pueden disfrutar de una tirolina entre las palmeras.

El impresionante palmeral de Elche, o palmeral de dátiles, es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, con la Basílica de Santa María a la vista.

Un tour andando de tan solo 5 kilómetros es suficiente para encontrar los árboles más extravagantes de la ciudad, como la Palma Imperial, que tiene siete ramas que brotan de un solo tronco, y la Cobra, que ha crecido a lo largo del suelo.

 

El restaurante Els Capellans en el hotel Huerto del Cura es un gran lugar para reposar después de explorar Elche. Su menú gastronómico de cinco platos y 50 euros es espectacular, y los asientos son literalmente sillones, perfectos para descansar después de una gran comida.

 

Otro gran lugar para explorar es Villena, con su castillo recientemente restaurado y sus excelentes tours por los viñedos, cortesía de Las Virtudes Bodega.

 

Por solo diez euros, puedes probar algunos vinos fantásticos hechos en tanques de concreto subterráneos y además recorrer la bodega, que ha sido administrada, desde los años sesenta, como una cooperativa.

 

El director Alfonso, que también produce aceite de oliva, me dijo que tiene más de 200 lugareños como parte de la cooperativa que comparten sus productos de cosecha propia, ya sea que tengan grandes parcelas de terreno o tan solo un par de olivos.

 

El precio de las botellas va desde los dos euros, pero no te vayas sin probar el Fondillón al 17 por ciento, similar a un vino oporto.

La estancia por noche en el Pueblo Acantilado Suites ronda los 75 euros

Villena es el tipo de ciudad que cobra vida por la noche. Merece la pena visitar el maravilloso restaurante La Teja Azul, si lo tuyo es la comida experimental, como ensaladas en salsa de gin tonic, y sí, la comida se sirve literalmente en tejas.

 

Benidorm es el lugar ideal para la vida nocturna, pero en mi búsqueda de paz y tranquilidad, solo la visité durante el día. Te recomendamos visitar el Parque Natural de la Serra Gelada para tener una idea de cómo la ciudad ha pasado de ser un pintoresco pueblo de pescadores a la próspera metrópolis que es hoy.

 

También es un gran lugar para la observación de aves. Curiosamente, después de Nueva York, Benidorm tiene, el mayor número de rascacielos del mundo, lo que lo convierte en un lugar precioso para disfrutar de espectaculares vistas.

Después de Nueva York, Benidorm tiene el mayor número de rascacielos del mundo per cápita

La ciudad tiene dos playas principales, Levante y Poniente. Aunque significa ir un poco más lejos de la ciudad, probablemente encontrarás mucho más espacio para dejar tu toalla de playa en esta última, ya que se encuentra en una zona mucho más residencial.

 

Los viajeros con niños también son bienvenidos. Todos los restaurantes en los que hemos comido tenían al menos tres generaciones sentadas alrededor de una mesa y varios bares cuentan con áreas de juegos para que los padres puedan disfrutar sin tener que contratar una niñera.

 

No importa cuál sea tu edad, si prefieres irte de fiesta, o buscas relajarte, la Costa Blanca tiene algo especial para ti.

 

 Vuelos a Alicante

 

- Jenny Green