Enamórate de Irlanda con estas trece imágenes

Connemara posee una belleza recia y salvaje que te robará el corazón y hará que sueñes con vivir en una pequeña cabaña de piedra a la sombra de las montañas Twelve Bens, cuidando de tus ponis y labrando la tierra.

Todo en esta región es agreste y sobrecogedor, desde los páramos del interior o las espectaculares calas y playas de arena blanca hasta los cientos de lagos y el intricado litoral.

Fungie es la mascota irlandesa por excelencia, un delfín nariz de botella que eligió la Bahía de Dingle como su hogar a principios de la década de los ochenta.

Desde entonces, se ha ganado el corazoncito de los pescadores, los lugareños y los miles de turistas que van a ver su sonrisa y sus cabriolas acuáticas.

Está claro que es un animal muy inteligente, porque no podía haber elegido un rinconcito más bello para establecerse. La Península de Dingle es un lugar maravilloso con mucho que ofrecer, aparte de su residente más célebre.

Skellig Michael es una isla rocosa que se eleva en el Atlántico a unos doce kilómetros de la costa de Kerry. En algún momento entre los siglos VI y VIII, se erigió un monasterio en este peñón remoto e increíblemente inhóspito.

Cuesta imaginarse cómo alguien fue capaz de edificar o vivir en un lugar como este. Me pregunto qué pensarían los monjes si supieran que se aquí se han filmado varias escenas de La guerra de las galaxias.

Los acantilados de Slieve League son otro de los lugares más impactantes del país y están situados en la costa suroeste de Donegal. Son de los más altos del mundo, así que espero que no padezcas de vértigo...

El Dolmen de Poulnabrone, un monumento que data del 2900-4200 antes de nuestra era, está en la preciosa región de Burren, en el Condado de Clare.

Al igual que en el caso de Skellig Michael, resulta increíble pensar que se construyera hace tantísimo tiempo, sin maquinaria de ningún tipo para poder levantar las piedras. ¡No te lo pierdas!

El Parque Fénix, ubicado a solo dos kilómetros del centro de Dublín, es un inmenso espacio recreativo donde no solo puedes relajarte, sino que puedes hacerlo en compañía de unos simpáticos gamos.

Estos animalitos llevan viviendo en el parque desde el siglo XVII, cuando los ricachones de la zona se dedicaban a cazarlos por deporte. Ahora el parque les pertenece. Respétalo.

La Calzada del Gigante es un lugar mágico, precioso y quizá un poco fantasmagórico.

Si consigues verlo en una tarde como la de la imagen, con una puesta de sol como la de la imagen, te enamorarás perdidamente de este increíble rincón de la costa norte irlandesa.

La maravillosa puesta de sol que puedes ver en la foto fue inmortalizada en Easky, un precioso pueblecito ubicado en el Condado de Sligo, en la costa occidental del país.

Pero podrías elegir cualquier otro punto de la costa oeste y disfrutarías de un espectáculo igual de grandioso.

Si encuentras un buen pub en Irlanda, ya nada volverá a ser igual. Lo importante es que tengan música de calidad y sirvan cerveza en condiciones, y no te preocupes, porque no es nada difícil dar con uno.

En Dublín tienes The Cobblestone, por ejemplo, donde puedes disfrutar de música tradicional irlandesa de primera y unas Guinness que quitan el sentido.

Grianán de Aileach, en el Condado de Donegal, es un antiquísimo fuerte circular que ha sido restaurado con sumo cuidado para que puedas hacerte una idea de cómo era allá por el 1700 antes de nuestra era, cuando fue construido.

No solo merece la pena descubrir el fuerte, sino que las vistas de Lough Foyle y Lough Swilly desde la colina son impresionantes.

En la Roca de Cashel, en el Condado de Tipperary, se encuentran algunas de las ruinas antiguas más interesantes del país.

Fue el asentamiento de los reyes de Munster durante siglos y contiene importantes obras de arte celtas y ruinas arquitectónicas medievales. Si tienes la ocasión de ver este lugar con la iluminación nocturna, no la desaproveches.

Los Acantilados de Moher son uno de los mayores reclamos turísticos del país, y no es de extrañar.

Son un lugar increíble, salvaje y hasta un poco aterrador que hace que te sientas minúsculo e insignificante. Ni siquiera las imágenes más espectaculares les hacen justicia; tienes que vivirlos en primera persona.

Errigal, situado cerca de Gweedore, en Donegal, es el más alto de los Montes Derryveagh y fue elegido el más icónico de Irlanda por senderistas y montañeros.

Es un lugar precioso, sobre todo si consigues verlo como en la foto, con el sol poniéndose en el horizonte.

- Dee Murray