Esquí en la estación alpina suiza de Wengen

Wengen, un pueblo de cuento de hadas situado en los Alpes suizos, es un destino perfecto para aficionados al esquí y el snowboard de todas las edades y niveles de habilidad, y un lugar ideal para disfrutar en familia.

Datos básicos

Idiomas: alemán e inglés
Moneda: franco suizo (CHF)
Aeropuerto: Basilea (BSL)
Trayecto desde el aeropuerto: 3,5 horas en tren
Altitud: 1274 m
Temporada: de noviembre a abril

Foto de Ben Holbrook.

La vida de este pueblecito transcurre fundamentalmente en una calle principal que destila encanto a raudales, en la que se suceden restaurantes, bares, comercios y casas de madera dignas de postal.

 

La céntrica estación de trenes facilita el acceso y permite desplazarse cómodamente a los rincones más bonitos de la región de Bernese Oberland.

 

En Wengen apenas hay coches, exceptuando algún que otro vehículo propiedad de los hoteles, lo que aumenta aún más esa aura vintage que lo caracteriza.

 

Después de deslizarte colina abajo por sus increíbles pistas, admirar las imponentes vistas del Valle de Lauterbrunnen o tomarte una copa en los animados bares après ski, caerás rendido a los pies de este acogedor pueblecito y de su estilo de vida.

 

Si quieres planificar una escapada a la nieve memorable, aquí tienes unos consejos que te vendrán de perlas.

Equípate en condiciones

Foto de Ben Holbrook.

SkiSet Wengen es una tienda de alquiler de equipamiento gestionada por dos ingleses de Worcestershire, Colin y Tracy Willmott.

 

El trato a los clientes destaca por la amabilidad y la calidez, y el equipo que ofrecen es nuevo y de máxima calidad.

 

Da igual si solo te hacen falta un par de botas y unos esquís, o si necesitas toda la parafernalia, con esta pareja estarás listo para lanzarte a las pistas en menos que canta un gallo.

 

La tienda está ubicada en la calle principal de Wengen, a tiro de piedra de las pistas y la estación del teleférico.

Lánzate a las pistas

Wengen acoge cada mes de enero el descenso del Lauberhorn, el más largo de la Copa del Mundo de esquí alpino. Es una de las carreras de esquí más antiguas del planeta, pues lleva celebrándose de manera ininterrumpida desde 1930.

 

En general, Wengen es célebre por sus pistas para esquiadores principiantes y de nivel intermedio, y la mayoría de gente que se pasa por allí está más interesada en practicar ejercicios en cuña que en el medio tubo.

 

En el propio pueblo hay varios descensos suaves perfectos para novatos y para calentar motores antes de subir en teleférico hasta las pistas azules y rojas de Männlichen.

 

En la región de Männlichen-Kleine Scheidegg, a la que se puede llegar en el teleférico Wengen-Männlichen, tienes 110 kilómetros de pistas adecuadas para esquiadores de nivel intermedio y 30 kilómetros de pistas para trineo, además de unas vistas espectaculares de las montañas Eiger, Mönch y Jungfrau.

Gana confianza con unas clases de esquí

Foto de Ben Holbrook.

Si no has esquiado nunca o necesitas que te refresquen la memoria, como era mi caso, los monitores de la Swiss Ski and Snowboard School te pondrán a tono para que te deslices por las montañas como un auténtico profesional.

 

Mi instructora, Sabine Näpflin, es una auténtica máquina y demostró tener más paciencia que un santo. Al principio yo estaba hecho un manojo de nervios, pero en una hora ya había recuperado la confianza en mis dotes de esquiador.

Recarga las pilas con una buena comida en las montañas

Foto de Ben Holbrook.

A la hora de la comida, tienes varios bares, restaurantes y puestos con vistas a las pistas de Wengen y Männlichen entre los que elegir, donde puedes relajarte y reponer fuerzas.

 

En mi visita, nos lo pasamos en grande con los lugareños tomando Bratwurst y Glühwein (vino caliente) en la cima de Männlichen.

 

Otra opción excelente es tomarse una cerveza y una hamburguesa en Schneebar Figeler después de la clase de esquí para coger energías y enfrentarte a los retos que te esperan con las pilas bien cargadas.

 

Este bar tiene un ambiente estupendo y ofrece básicos après ski como el Glühwein y el Jägertee (una bebida elaborada con ron, té negro, vino tinto, licor de ciruela, zumo de naranja y especias).

 

Además, allí se celebra una original carrera anual para la que se construye una piscina en la parte inferior de una de las pistas y los esquiadores compiten por ver quién consigue recorrer más distancia en la superficie.

 

En resumen, es un local en el que te espera diversión a raudales.

Disfruta de vistas espectaculares en la “cima de Europa”

Foto de Ben Holbrook.

En Jungfraujoch, la “cima de Europa”, se encuentra la estación de tren a mayor altitud del continente (3466 metros), que forma parte del área declarada Patrimonio Mundial Natural alpino de la UNESCO.

 

El trayecto en tren es una experiencia especial y memorable, pero la auténtica magia te espera al llegar a la cima.

 

A 3571 metros de altitud se encuentra el Observatorio Sphinx, uno de los observatorios astronómicos más elevados del mundo. Desde ahí hay unas vistas de los Alpes suizos y del glaciar Aletsch que te dejan sin respiración (casi literalmente).

 

No te pierdas tampoco el Palacio de Hielo, construido en una serie de túneles de hielo bajo el glaciar, ni el tour Alpine Sensation, que cuenta la historia del ferrocarril Jungfraubahn y rinde homenaje a los muchos mineros que perdieron la vida durante su construcción.

 

Tal como me comentó Glyn, un hombre de 84 años que lo visita todos los años: “Es aún más impresionante cuando te paras a pensar que tiene un siglo de edad. Cuesta creer que fueran capaces de construirlo”.

Prueba la gastronomía local

Foto de Ben Holbrook.

Cuando el sol empieza a ocultarse lentamente tras las cimas heladas y la nieve adquiere tonalidades rosadas y púrpura, llega el momento de darse un homenaje con una comida tradicional suiza.

 

Como no podía ser de otra forma, Suiza, con sus infinitas hectáreas de prados y pastos, es un paraíso para los amantes de la carne y los quesos (además del chocolate, obviamente), con un montón de especialidades por descubrir.

 

Tanto en Wengen como en los alrededores tienes un sinfín de posibilidades, pero, si quieres un restaurante auténtico donde degustar los sabores locales, te recomiendo el Bergrestaurant. Está ubicado a los pies de las pistas de Kleine Scheidegg, a un breve trayecto en tren de Wengen, y te permite esquiar hasta la mesa.

 

El local es amplio, pero agradable y acogedor, decorado con madera por doquier, cojines de piel sintética y pósteres antiguos que muestran los paisajes más turísticos de Suiza, lo que le da un toque muy alpino.

 

Las raciones son generosas y los platos se elaboran con ingredientes locales: los quesos y las carnes proceden de proveedores establecidos todos ellos a pocos kilómetros a la redonda, y gran parte de las frutas, verduras y especias se cultivan en el jardín del establecimiento.

 

Te recomiendo el goulash tradicional suizo, un guiso contundente y reconfortante, y el Alpinpasti, una bandeja enorme de quesos y carnes variados que dan buena muestra de la calidad de los productos de la región.

 

Si te apetece algo más contemporáneo, prueba los carbonara con queso cremoso suizo y beicon, un plato estupendo para entrar en calor tras una jornada en la nieve.

Celebra tus logros (y fracasos) en el après ski

Foto de Ben Holbrook.

La mejor parte del día es sin duda el après ski. Y no hay mejor plan que brindar por tus logros con los amigos (tanto los que te acompañan como los que acabas de conocer).

 

Wengen es uno de esos lugares donde se tiende a coincidir con la misma gente una y otra vez, así que resulta muy fácil entablar relación con otros aficionados a la nieve.

 

El Tanne Bar, un local chic pero informal a la vez, es perfecto para tomarse unas cervezas, unos cócteles o unos chupitos. El propietario, Ronald, es un holandés al que le encanta agasajar a los clientes con gin-tonics artesanales servidos en enormes copas.

 

También tiene una colección impresionante de whisky Jack Daniel’s, que muestra orgulloso en una estantería de la parte de atrás. Te recomiendo además los daiquiris de fresa, dulces pero letales, elaborados con ron, zumo de lima, azúcar y fresas heladas.

 

Creo que también te puedo recomendar los chupitos B52 y AC/DC, aunque tengo cero recuerdos en lo que respecta a su sabor o ingredientes. Aunque lo que sí te puedo decir es que me lo pasé de miedo, y eso es lo más importante del après ski.

 

Desde el Tanne Bar puedes pasear hasta Hasenstall, un local de fiesta que abre hasta altas horas de la madrugada, perfecto para darlo todo al ritmo de la música y conocer gente.

 

Eso sí, si tienes pensado volver a salir a esquiar el día siguiente, que no se te vaya la mano con el Jägermeister.

Alójate en pleno centro de Wengen

Foto de Ben Holbrook.

El Silberhorn Hotel, un establecimiento de cuatro estrellas situado a un paso de la estación de trenes y de la calle principal de Wengen, es idóneo para parejas, grupos y familias que busquen comodidad y confort.

 

El personal es de lo más atento y nunca escatima esfuerzos para ofrecer a los clientes un trato personalizado. Las habitaciones son cálidas y acogedoras, y resultan estupendas para descansar tras una jornada de esquí.

 

En el restaurante del hotel sirven platos locales y vinos excelentes, todo ello acompañado de las relajantes notas de Edward al piano.

 

El hotel cuenta además con un balneario y un espacio de wellness, que vienen de maravilla para acabar con los dolores musculares y demás molestias que pueden aparecer después de pasar horas en la nieve.

Foto de Ben Holbrook.

Wengen es sin duda un lugar perfecto para descubrir los Alpes suizos y sumergirte de lleno en los deportes de invierno.

 

Vuelos a Basilea

 

- Ben Holbrook