Los viajes por carretera son una forma estupenda de descubrir un lugar desconocido, y por algún motivo logran inspirarnos de un modo que no consiguen dos semanas de relax en la playa (espero que esas dos semanas no se me ofendan, todos sabemos que también son importantes a su manera). Si no me crees, piensa en la cantidad de libros y películas que se han inspirado en uno: En la carretera, Thelma y Louise, incluso Pequeña Miss Sunshine…
Mucha gente cree que esta forma de viajar es algo intrínsecamente estadounidense (y, siendo justos, la verdad es que allende los mares son grandes expertos). Sin embargo, a este lado del Atlántico también tenemos rutas excelentes, así que llena el depósito y prepara un CD con tu música preferida, porque aquí van algunos de los mejores viajes por carretera de Europa.
Esta es una ruta de ensueño, preciosa, que destila glamur, soleada… Si hasta huele de maravilla (el aire está impregnado del aroma de los célebres limones amalfitanos). ¿Qué más se podría pedir? ¿Comida italiana, quizá? Pues de eso no te va a faltar, obviamente.
Este lugar atrae a infinidad de superestrellas, así que aquí va mi propuesta: date un capricho a la hora de alquilar un coche (los descapotables siempre quedan bien), ponte un pañuelo de seda en la cabeza, plántate las gafas de sol más grandes que encuentres y métete de lleno en el ambiente.
Salerno es un buen sitio para empezar, y tiene la ventaja de que se llega fácilmente desde Roma. Coge la grandiosa Strada Statale 163 y dirígete al oeste bordeando la costa. La carretera está flanqueada a un lado por acantilados de vértigo y al otro por el Mar Tirreno (asegúrate de que quien esté al volante sepa lo que se hace), pero las vistas son magníficas. Te recomiendo que hagas una parada en el pueblecito de Ravello, que pruebes el limoncello de la zona y que visites la preciosa, romántica y abarrotada Grotta dello Smeraldo. Bueno, a quién quiero engañar… Te lo recomiendo absolutamente todo. Tómate tu tiempo, descubre todas las joyas que esconde esta ruta y mándanos una postal para que nos muramos de envidia.
Alemania es el país de los hermanos Grimm, y eso se nota…
La conocida como Ruta de los Cuentos de Hadas es una maravilla que te lleva por los paisajes mágicos que inspiraron tus cuentos de hadas preferidos. Ponte en marcha en Hanau, cerca de Fráncfort del Meno (y lugar de nacimiento de los Grimm). Desde ahí la ruta cubre unos 600 kilómetros hacia el norte en dirección a Bremen, última parada del recorrido, una ciudad con encanto a raudales donde transcurren las aventuras de Los músicos de Bremen.
Por el camino, atravesarás ocho parques naturales espléndidos y muchas ciudades balneario, y es muy probable que te des cuenta de lo mucho que has subestimado la belleza del país germano. Además, tendrás la oportunidad de descubrir lugares emblemáticos, como la casa de Caperucita Roja, el Museo de Blancanieves y mil y un castillos de cuentos de hadas. No te pierdas el de Neuschwanstein (en la imagen), que es lo más parecido a un castillo de princesas Disney que verás en tu vida.
Esta ruta es la perfecta encarnación de lo que la mayor parte de mortales nos imaginamos cuando pensamos en Irlanda. La Ruta Costera del Atlántico se extiende desde Donegal, al norte, hasta Cork, al oeste, y es salvaje, agreste y verde. Si tienes la suerte de poder disfrutar de buen tiempo, recorrer parte o la totalidad de sus 2500 kilómetros es un verdadero regalo. De hecho, aunque haga un tiempo de perros (cosa probable en el salvaje oeste irlandés), sigue siendo una experiencia increíble. No hay que olvidar que ese paisaje no se ha forjado gracias al sol y las suaves brisas...
Si tienes tiempo y ganas de recorrer los 2500 kilómetros, bordea la costa. Si prefieres hacer determinados tramos y saltarte otros, también vivirás un viaje inolvidable. Ve a avistar ballenas, admira los Acantilados de Moher, galopa por la arena blanca de Connemara… Haz lo que te apetezca por el camino, y prepárate para sentirte realmente vivo.
La carretera rumana Transfagarasan es una ruta serpenteante y preciosa que lleva a los conductores más audaces a través de las montañas de Fagarasan, en Transilvania. Es verdad que se tardan unas tres horas en llegar desde Bucarest, pero, si quieres disfrutar de un viaje por carretera épico, más vale que estés dispuesto a invertir ese tiempo de más. En primer lugar, porque merece la pena con creces; en segundo, porque hay cosas estupendas que ver por el camino; y, en tercero, porque es la excusa perfecta para convertir la experiencia en una escapada de dos o tres días.
Si ves el programa británico Top Gear, quizá sepas que Jeremy y su equipo declararon en una ocasión que el Paso Stelvio italiano es la mejor ruta del planeta. Y lo creían de verdad, hasta que recorrieron la carretera Transfagarasan y cambiaron de opinión. Las montañas y lagos son espectaculares, pero ese no es su único reclamo; es un recorrido intenso, y arriesgado en determinadas zonas, no apto para aprensivos… Y hay bastantes probabilidades de que te veas atrapado en un atasco formado fundamentalmente por ovejas. Esta ruta es sin duda una de las imprescindibles de cualquier conductor intrépido que se precie.
Esta ruta es la quintaesencia de lo inglés (bueno, de la parte más pintoresca, rural e idílica de Inglaterra, de la que te hace pensar en esos riquísimos bollos llamados scones, con su nata y su mermelada de fresa, en el té de las cinco, en cervezas artesanas y sidras elaboradas en caseríos) y es una de más bonitas de Europa. Recorrer los Cotswolds es un auténtico placer que te permite descubrir valles exuberantes, colinas, pueblecitos maravillosos y casitas de campo desperdigadas por doquier. Es un viaje cautivador y romántico que te conquistará.
Puedes escoger la ruta que quieras, aunque uno de los lugares típicos para empezar es Chipping Camden, cuya calle principal, High Street, es conocida como la más perfecta del país. Nosotros no nos atreveríamos a juzgar la perfección de una calle principal (si habláramos de aerolíneas, sería otro cantar), pero la verdad es que es preciosa. Buen viaje ¡y a disfrutar!
- Dee Murray
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