Guía para descubrir la gastronomía de Cracovia

¿Qué obtenemos si mezclamos una pizca de sobriedad comunista, una cucharada generosa de opulencia austrohúngara y medio vasito de atrevimiento judío, y removemos bien todos los ingredientes? Pues uno de los destinos gastronómicos más interesantes de Europa, Cracovia. Sigue leyendo y descubre los mejores locales para comer y beber en esta preciosa ciudad polaca…

Los bares de leche

Pierogi tradicionales en el Milkbar Tomasza.

Estos míticos y baratísimos locales son de visita obligada, aunque solo sea para satisfacer tu curiosidad. En el pasado estaban gestionados por el Estado, y se crearon con el objetivo de ofrecer comidas rápidas y contundentes a los obreros y funcionarios que no tenían cantinas subvencionadas en sus lugares de trabajo. Durante la época comunista, debido al racionamiento y la escasez de alimentos, los menús se basaban sobre todo en productos lácteos, de ahí su nombre. Algunos de los platos más habituales eran las tortillas, las sopas con leche, los pierogi (pasta rellena cocida o frita) con setas y queso cottage, o las tortitas de patata.

 

Con la caída del comunismo, los bares de leche empezaron a desaparecer de las ciudades polacas, pero ahora están viviendo un auténtico renacer. En la actualidad, estos restaurantes triunfan en Cracovia, y muchos, como el Restauracja Pod Temida, replican la decoración austera y los sencillos menús de antaño, mientras que otros, como el Milkbar Tomasza con su decoración inspirada en un diner estadounidense, apuestan por un estilo alejado de lo tradicional. Pide una selección de los platos de la era comunista que se muestran en una pizarra junto al mostrador y te los estarán sirviendo en la mesa antes de que te des ni cuenta. Ah, y ve con hambre; la mayoría de platos cuestan entre dos y tres euros, y las raciones son más que generosas.

El vodka

Unos chupitos de vodka que te van a sorprender…

En la meca del vodka, sería casi una falta de respeto no probarlo, y no hay mejor sitio para hacerlo que el diminuto Wódka Café Bar, situado en el casco antiguo (abre bien los ojos, porque es fácil que pase desapercibido). Lo que le falta en amplitud lo compensa con creces con la enorme variedad de vodkas disponibles, más de cien. Te recomiendo que pidas su famosa selección de seis chupitos preparada por sus expertos camareros. Cuesta alrededor de seis euros y te permitirá probar sabores sorprendentes, como fruta de la pasión, avellana, chocolate o tofe. Si prefieres un combinado, toma asiento en el acogedor espacio de la planta superior y degusta el preferido de los polacos: Żubrówka con zumo de manzana y hielo picado. Na zdrowie!

La comida callejera

Prueba una auténtica zapiekanka en el barrio judío.

Al igual que los bares de leche, la zapiekanka es un exquisito recordatorio de la época comunista, concretamente de la década de los setenta, cuando el gobierno autorizó la apertura de pequeños negocios de restauración familiares en las ciudades polacas. La escasez de alimentos obligaba a tirar de creatividad a la hora de crear las recetas, y así es como nació la historia de esta media baguette ligeramente tostada con champiñones, queso y salsa de tomate que podría considerarse el equivalente polaco de la pizza. Además de la versión original, también tienes la zapiekanka diablo (con beicon, pepinillo y salsa picante), la griega (con queso feta y aceitunas) o la hawaiana, y todas cuestan en torno a dos euros. Si quieres probar esta reconfortante tostada en el mejor sitio posible, ve al Kazimierz, el barrio judío, donde hay una plaza entera llena de puestos que abren desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la noche. Busca el puesto Elebele, donde aderezan cada zapiekanka con una salsa especial de la casa.

Los obwarzaneki

Los vendedores ambulantes de Cracovia llevan más de seis siglos recorriendo la plaza central con sus riquísimos obwarzaneki. Estas rosquillas dulces y blanditas, espolvoreadas con semillas de amapola, son tan representativas de Cracovia como la paella lo es de Valencia y, de hecho, la UE las ha reconocido oficialmente como un producto único de la ciudad. Por cincuenta céntimos te podrás zampar una de tamaño descomunal.

 

Si quieres probar una versión más moderna, te recomiendo Bagel Mama, en el barrio de Kazimierz, un local de estilo neoyorquino situado frente a la sinagoga más antigua de Polonia. Los obwarzaneki rellenos de huevos y queso son míticos.

Las cafeterías

Chocolate caliente con un poquito de costura como acompañamiento en Singer, en el barrio judío.

Cracovia no solo es conocida como “ciasto-miasto” (la ciudad de las tartas), sino que además tiene una cultura cafetera comparable a la de Viena. Entre las elegantes cafeterías que ocupan los edificios austrohúngaros de Rynek Glowny y los locales hipster del Kazimierz, en la ciudad tienes un montón de sitios acogedores donde conseguir tu chute diario de cafeína.

 

Si quieres tomarte un café en un lugar con encanto a la antigua usanza, ve al Café Restaurant Europejska, en Rynek Glowny, y pídete una buena porción de su popular tarta de queso, sernik domowy. Slodki Wierzynek, también en la plaza central, es otro paraíso para golosos, mientras que Tektura Café, en el casco antiguo, cuenta con una amplia selección de cafés de máxima calidad.

 

Por último, no dejes pasar la oportunidad de tomarte una taza del riquísimo, espeso y maravilloso chocolate caliente del Singer, en el Kazimierz. Está para chuparse los dedos.

 

Vuelos a Cracovia

 

- Fiona Hilliard