Primera vez en París y me enamoré de cada esquina. Una ciudad tan caminable como apetecible, donde todo, realmente todo, enamora. En invierno o en verano, la capital francesa se convierte en uno de los destinos que nunca pasan de moda, lo dicen los foros y lo confirman los visitantes. París se trata de una ciudad que cuenta con todo tipo de servicios y de puntos de interés para todas las edades. Es fácil de ver, llana para el peatón y con un transporte público programado a la perfección. Por eso, si queremos sacarle partido a nuestra estancia en la ciudad, podemos realizar una selección previa de parques, monumentos, restaurantes, mercados, plazas y tiendas, para poder llegar y no perdernos nada.
Una muy buena opción para ver algunos de los monumentos más emblemáticos de París es el sea taxi del Río Sena. De esta forma puedes sacar la entrada y usarlo de forma “hop on hop off”. Otras personas optan por el alquiler del patinete eléctrico como medio de transporte para conocer los edificios más importantes de la ciudad que están a la orilla del río.
Si uno opta por el recorrido de París caminando, la ruta que recomiendo ya que puede hacerse de forma lineal porque todo está relativamente cerca, sería empezar en los Jardines de Trocadero. Desde ahí tenemos una excelente vista de la Torre Eiffel e ir acercándose se convierte en todo un espectáculo ya que a cada paso que damos para acercarnos a ella uno se siente más y más pequeño. Llegaremos en escasos minutos caminado y después de contemplar la torre y hacer su obligada subida, seguimos en línea recta hacia los campos de Marte.
Callejeando un poco y disfrutando de su arquitectura y de la multitud de “braserias” (típica cafetería francesa) de la zona, nos meteremos en El Palacio Nacional de Los Inválidos, el cual además de ser especialmente importante por su pasado histórico militar, es el lugar en donde descansa Napoleón.
Cruzando por el maravilloso Puente de Alexandre III, que está justo enfrente del palacio, llegaremos a la Plaza de la Concordia en donde sobresale su inmensa y luminosa noria. Justo aquí comienza la avenida más famosa de la ciudad: Los Campos Elíseos; en donde encontraremos en su parte baja el Grand y el Petit Palais, y según vamos subiendo, podremos ir viendo las boutiques más elegantes y caras de la capital. Un paseo por Tiffany’s con un café caliente es una parada imprescindible.
Esta avenida y esta ruta no podía acabar en otro sitio que no fuese el arco del Triunfo, en donde uno no puede imaginarse lo grande que es hasta que se ve desde sus pies o sube a su interior y divisa toda la ciudad con un ángulo de 360°.
Acto seguido, recomendamos atravesar los siempre apetecibles jardines de Las Tullerías, donde si sois “dog lovers” aquí podréis observar a muchos paseadores de perros por la mañana e incluso jugar con ellos.
Estos jardines acaban en el imponente museo de Louvre, que es probablemente el museo más famoso del mundo ya no solo por su tamaño, belleza y cantidad e importancia de sus obras, sino también por su renovada cubierta en donde resaltan sus pirámides de cristal.
Ya para acabar esta visita por el río, nos encontraremos a escasos metros del Louvre con el encantador barrio latino, en donde poder disfrutar de calles estrechas y únicas llenas de ambiente durante todo el día.
No podemos irnos de París sin visitar El Barrio de Montmartre, que está claramente diferenciado en dos partes que nada tienen que ver entre sí, pero solamente separados por un entramado de pequeñas y empinadas callejuelas.
En la parte baja del barrio, y alrededor de la plaza Pigalle, nadie se quedará indiferente al divisar tantas luces de neón anunciando infinitas tiendas para adultos y todos los cabarets de la zona, en donde destaca el más que conocido Moulin Rouge.
A escasos 500 metros, comenzaremos a ver las 197 escaleras que suben a Sacre Coeur (Basílica de Sagrado Corazón) que además de su belleza y su siempre reluciente color blanco, podremos tener las mejores vistas de París, ya que estamos en el punto más elevado de la ciudad.
La basílica es solamente el comienzo del barrio más bohemio de la capital francesa, también conocido como El Barrio de los Pintores, en donde podremos encontrarnos con cientos de artistas pintando en sus plazas y un buen puñado de pequeños y acogedores restaurantes que llenan todas sus esquinas.
A escasos 20km de la ciudad tenemos dos de los lugares más visitados de todo el país; al oeste nos encontramos con el Palacio de Versalles, declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO, que además de albergar piezas únicas en su interior, deslumbra también por sus 800 hectáreas que conforman sus espectaculares jardines.
En la otra dirección de la ciudad podemos encontrar uno de los lugares más mágicos del mundo: Disneyland París. Un lugar idóneo para dejar volar la imaginación de los más pequeños y, por qué no, para los adultos ya que también podemos visitar Walt Disney Studios, que como su nombre indica, está enfocado al mundo del cine.
En cuanto al arte; París ofrece de todo, ya que alberga museos de todos los estilos. Desde las obras pictóricas del Museo de Orsay, hasta las esculturas y pinturas más clásicas del museo del Louvre, pasando por las numerosas obras arquitectónicas que decoran la ciudad (el Arco de Triunfo, la Torre de Saint Jacques o el Sacré Coeur). Un buen consejo: el primer domingo del mes, podremos entrar gratis a todos los museos.
París desprende elegancia, encanto y todo el mundo parece que está preparado para una “kandid” foto a la moda. Los peatones transmiten confianza, buena estima y serenidad. Las prendas incorporan tejidos fluidos y colores neutros que desbordan elegancia. París es chic, y demuestra cada año que sigue siendo la capital de la moda. Así que ti tenéis algún hueco en vuestro calendario, París es siempre una muy buena idea.
Vuelos a París
- Ana Feijoo | @anapolitan