Apulia (Puglia en italiano), la región que ocupa el “tacón de la bota”, posee una gastronomía inconfundible, una arquitectura única y un ambiente incomparable que la diferencian del resto del país.
Sus paisajes soleados y repletos de olivares, que recuerdan en cierta manera a los de las islas griegas, se extienden desde el Valle de Itria hasta el mar Adriático.
Hay un sinfín de motivos para elegir este paraíso mediterráneo como destino en tus próximas vacaciones y aquí te presentamos ocho de ellos…
El tacón de Italia está bañado por los mares Adriático y Jónico. En ambas costas se pueden encontrar infinidad de playas de arena blanca que bien podrían pertenecer a las Maldivas.
A pesar de que muchos de los rincones más bonitos están reservados a hoteles y resorts, hay numerosas playas públicas preciosas, incluyendo las de Otranto y Rivabella, en la península de Salento, al sur de la región, y las de Rodi Garganico, en la península de Gargano, al norte.
La Bahía de Zagare, situada a quince kilómetros de Mattinata, es célebre por sus aguas cristalinas y por el arco de piedra que surge del mar y recibe el sugerente nombre de Arco Mágico.
La comida que se degusta en Apulia siempre es local o regional y, por lo tanto, fresca, sabrosa y de temporada. Entre las carnes triunfa el cordero, aunque en la costa el pescado es, obviamente, el gran protagonista.
Prueba las especialidades de la zona, como las orecchiette con le cime di rapa (pequeñas “orejitas” de pasta con grelos), antipasti ai frutti di mare (aperitivos de marisco que siempre se comparten entre dos) y la burrata, un delicioso queso fresco similar a la mozzarella, pero con una textura más cremosa.
Apulia tiene la mayor concentración de olivos de toda Italia y, como no podía ser de otra forma, es el principal productor de aceite de oliva del país. Cuando recorres las calzadas romanas de la región, los olivares parecen no tener fin.
Huelga decir que las aceitunas negras son un componente omnipresente en los aperitivos, aunque, en mi humilde opinión, no hay nada mejor que una rebanada de pan rústico artesanal con un buen chorro de “oro líquido”.
En Lecce se pueden admirar espectaculares iglesias y palazzi de estilo barroco. Hay quien dice que la riqueza arquitectónica de esta ciudad está a la altura de la de Florencia. Desde luego, es un sitio que da gusto recorrer, perfecto para disfrutar de una tranquila passeggiata al atardecer. Martina Franca y Galatina son las otras dos capitales del barroco de la región.
Los trulli son casas de piedra tradicionales que solo se encuentran en Apulia. Estas construcciones de techos cónicos salpican el Valle de Itria y se concentran principalmente en el centro de Alberobello, un municipio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO que debería ser destino obligatorio en cualquier viaje al sur de Italia. Muchos trulli se han reconvertido en alojamientos turísticos y constituyen el punto de partida perfecto para vivir una aventura en Apulia.
Los pueblos de las colinas de Apulia son apacibles, derrochan encanto por los cuatro costados y regalan a los visitantes unas vistas espectaculares de la campiña desde su ubicación privilegiada. Las pintorescas callejuelas de Locorotondo o Cisternino, o la fascinante Ostuni, conocida como la ciudad blanca, con sus preciosas casas encaladas apiñadas sin orden ni concierto, son un escenario perfecto para perderse durante horas.
Apulia es una de las regiones menos visitadas de Italia. Aunque el turismo ha empezado a despegar recientemente, la zona sigue conservando la autenticidad de sus orígenes agrarios, el encanto rural de antaño y un estilo de vida sosegado. Además, es un destino perfecto si quieres practicar tu italiano, porque en Apulia no hay demasiada gente que domine otros idiomas.
Si te han entrado ganas de descubrir Apulia, reserva tu vuelo a Bari o Bríndisi.
- Hannah Frances