Si te consideras un fan incondicional de la icónica saga de JK Rowling, aquí van unas propuestas que te van a encantar.
La cafetería The Elephant House, situada en Edimburgo, forma parte de la historia de Harry Potter, ya que es el local donde JK Rowling pasó innumerables horas escribiendo sus obras. Se ha convertido en un lugar de peregrinaje para admiradores de la saga, que quieren conocer el lugar donde la escritora ideó las aventuras de Harry y sus amigos entre porciones de tarta y cafés.
El imponente Castillo de Alnwick sirvió de escenario durante el rodaje de las dos primeras cintas de la saga, Harry Potter y la piedra filosofal y Harry Potter y la cámara secreta. Sin duda, los fans lo recordarán como el lugar en el que la señora Hooch daba clases de vuelo en escoba a los alumnos de primer curso y donde Harry aprendía las reglas del quidditch gracias a Oliver Wood.
Si quieres meterte en la piel de Harry Potter, reserva una estancia de cuatro días en el Colegio de Magia de Czocha. ¡No es broma! Allí podrás convertirte en aprendiz de mago en un castillo medieval del siglo XIII, asistir a talleres y clases de magia, e incluso te asignarán una casa para que vivas una auténtica experiencia a lo Hogwarts con otros apasionados de la saga. Si vuelas a Berlín, un autobús te llevará directamente hasta la escuela, en Polonia.
¡Viajeros a al tren! Próximo destino: el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Sube al tren de vapor escocés Jacobite (el Expreso de Hogwarts) que une Fort William y Mallaig, disfruta de los preciosos paisajes y cruza el viaducto de Glenfinnan, con sus 21 arcos, al igual que hacían Harry, Ron y Hermione.
En Harry Potter y la piedra filosofal, Dudley se caía en la jaula de una pitón de Birmania, que escapaba y desataba el caos. Si quieres recrear esta escena mágica, visita la famosa sala de los reptiles del zoológico de Londres, donde la serpiente hablaba con Harry.
Los estudios de Warner Bros. son un lugar de culto para cualquier admirador de Harry Potter que se precie. Este tour te permite probar la famosa cerveza de mantequilla, visitar el Gran Comedor, montar en escoba, blandir una varita mágica y ver el nuevo Banco de Magos Gringotts. Descubre el aula de pociones de Snape, visita la torre de Dumbledore y pasa tiempo en la cabaña de Hagrid y en la sala común de Gryffindor.
Si quieres exprimir al máximo tu estancia en la capital británica, el Georgian House Hotel te ofrece la oportunidad de vivir una noche como si fueras un alumno más de Hogwarts. Este hotel cuenta con habitaciones ambientadas en el universo de Harry Potter, decoradas con calderos, paredes de piedra, pociones y vidrieras de colores. Además, también ofrece un tour a pie para que los incondicionales de la saga disfruten de una experiencia redonda.
Reconozcámoslo, todos queremos subir a Instagram una foto en la que se nos vea empujando el carrito de equipaje en el andén 9 ¾ ataviados con una bufanda de Gryffindor. Pues puedes hacerlo (y gratis) en la estación londinense de King’s Cross. Una vez que hayas terminado el tour por los estudios de Warner Bros. y hayas descansado bien en el Georgian House Hotel, ponle el broche de oro a tu estancia mágica en la capital británica visitando esta emblemática estación. Además, allí te espera una tienda de regalos donde venden todo el merchandising de Harry Potter que puedas imaginar.
La exposición “Harry Potter: The Exhibition” permite a los visitantes descubrir algunos de los icónicos escenarios y objetos que aparecen en la saga y conocer de primera mano el despliegue de talento artístico y artesanía que hizo falta para crear el atrezo y el vestuario de las películas. Esta muestra itinerante e imprescindible estará en Lisboa hasta abril de 2020.
Visita el lugar donde comenzó todo. Harry pasó su infancia en el número 4 de Privet Drive, donde vivía con sus tíos, Vernon y Petunia, y su insoportable primo, Dudley. Esta curiosa casa de la periferia tenía un papel destacado en Harry Potter y la piedra filosofal. Si te acercas a Picket Post Close, 12, en Martins Heron, en el condado de Berkshire, verás a un montón de turistas haciéndose fotos delante de la vivienda real donde se rodó la película.
Si disfrutas pasando tiempo al aire libre, seguro que te encanta hacer una escapada a Glencoe, un precioso pueblo de las Tierras Altas de Escocia donde se rodaron algunas escenas de Harry Potter y el prisionero de Azkaban. Allí estaban la cabaña de Hagrid y el Puente Cubierto (aunque, por desgracia, ya no queda nada de los decorados), y la zona es célebre por sus cascadas y sus magníficas rutas de senderismo.
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