Tesoros de Italia: Siete motivos para elegir Bolonia como tu próximo destino

La ciudad de Bolonia, situada en la región de Emilia-Romaña, al norte del país, es uno de los destinos más valorados por los italianos y más desconocidos para los que no somos de allí, y que conquista a quien la visita con su increíble oferta gastronómica, comercial y cultural. Aquí te traemos siete motivos de peso para descubrir esta preciosa ciudad…

Una gastronomía memorable

Mamma Mia!

Esta ciudad italiana es sinónimo de buen comer.

 

En Bolonia nació un plato de fama mundial, los espaguetis a la boloñesa (aunque allí la salsa se llama ragù y se sirve con tagliatelle), y la región nos ha regalado muchísimos alimentos icónicos, como el queso parmesano, el vinagre balsámico, la mortadela o el prosciutto…

 

Cuando estés allí, prueba la piadina (una especie de sándwich plano que triunfa entre los estudiantes), algún plato de pasta típico de la ciudad, como los tortellini in brodo o tagliatelle a ragù, y para desayunar pídete una torta di riso, un riquísimo pastel dulce de arroz.

Maravillas medievales

¿A que se da un aire al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería?

En Bolonia se encuentra la universidad más antigua e importante de Occidente, fundada en 1088. No te pierdas el Archiginnasio (primera sede de la universidad), el imponente teatro anatómico, donde se llevaban a cabo los estudios de anatomía, y la biblioteca, que alberga la mayor colección de textos y manuscritos de toda Italia.

 

En la ilustre lista de exalumnos de la universidad aparecen nombres de la talla de Copérnico, el papa Alejandro VI o Dante. Hoy en día, la población estudiantil sigue dejando su huella en el carácter académico, bohemio y dinámico de la ciudad.

 

Otra de las señas de identidad de Bolonia son sus elegantes pórticos. Hay nada menos que 53 kilómetros de soportales que serpentean por la ciudad, y muchos de ellos datan del siglo XI.

 

No solo le dan un aire único, sino que resultan la mar de prácticos cuando llueve o cuando el sol aprieta en los días de verano.

 

Se puede recorrer el pórtico más largo del mundo (con 666 arcos) hasta la Basílica de San Luca, situada en un promontorio. El camino es bastante empinado, pero las vistas que hay desde arriba compensan con creces el esfuerzo.

Tiendas para todos los gustos

No nos das ninguna envidia, Milán…

Bolonia es la ciudad más rica de Italia. Si quieres comprobarlo, no tienes más que echar un vistazo a la enorme selección de tiendas lujosas que se suceden bajo los pórticos de mármol.

 

En Via Farini, pasando la Piazza Maggiore, tienes boutiques de grandes diseñadores (un lugar estupendo para mirar escaparates si el presupuesto no te permite otra cosa), y puedes parar a tomarte un café o un helado en Zanarini, uno de los sitios de moda.

 

Si te quedas con ganas de más, no te pierdas las cercanas Via Indipendenza y Via Francesco Rizzoli.

 

Por cierto, no se te ocurra irte de Bolonia sin un souvenir gastronómico. En las concurridas callejuelas que hay entre la Piazza Maggiore y las torres, tienes tiendas de delicatessen y de alimentos tradicionales de la región.

 

¡Te va a costar decidirte con tanto manjar!

Excursiones al norte de Italia

Te esperan mil y una aventuras.

Emilia-Romaña es una región de tamaño considerable que se extiende desde el Adriático hasta Liguria, en la costa opuesta. También limita con Marcas, La Toscana, Véneto, Piamonte y Lombardía.

 

Hay muchos destinos en Emilia-Romaña que triunfan entre los turistas y que bien merecen una visita: Módena, Ferrara, Parma, Rímini… Si te apetece y tienes tiempo suficiente, puedes alquilar un coche y hacer un viaje por carretera inolvidable.

 

O, si eres más de transporte público, tienes a tu disposición una estupenda red ferroviaria que enlaza Bolonia con un sinfín de ciudades de todo el país.

 

Te puedes plantar en Florencia en tres cuartos de hora, en Milán en una y en Venecia en dos aproximadamente.

El aperitivo

En Osteria del Sole vivirás una experiencia auténtica.

El aperitivo a la italiana es toda una institución en Bolonia. Los bares han empezado a competir entre sí ofreciendo bufés fabulosos.

 

Por unos ocho euros tienes un cóctel y una oferta ilimitada de embutidos, queso, sándwiches y patatas fritas. Estos bares triunfan entre los estudiantes, que prefieren hincharse en el aperitivo y saltarse la cena directamente.

 

Le Stanze y el bar del MAMBo son dos de mis locales preferidos para tomar una copa, aunque Osteria del Sole es el que se lleva la palma entre los boloñeses.

 

Es el más antiguo de la ciudad (abrió sus puertas en el siglo XV) y, aunque acusa el paso del tiempo, sigue teniendo un carácter y un encanto especiales.

 

Allí tienes un montón de vinos de la región para elegir, pero, si quieres algo de picar, te lo tienes que llevar tú mismo.

 

Así que pásate antes por una de las tiendas de delicatessen cercanas y luego siéntate en una de sus enormes mesas de madera para disfrutar de una estupenda velada.

Alturas de vértigo

Disfruta de unas vistas de infarto.

A Bolonia se la conoce con los sobrenombres de La Grassa (“la gorda”, por motivos más que obvios), La Dotta (“la docta”, un guiño a la universidad) y La Rossa (“la roja”, en referencia al color de los tejados, pero también al hecho de haber sido uno de los bastiones del comunismo durante los años de posguerra).

 

Si subes a la Torre Asinelli, una construcción que data del siglo XI, podrás disfrutar de unas vistas espectaculares de los tejados de terracota de La Rossa y de las colinas que la rodean.

 

La Torre Asinelli y la Garisenda, la torre inclinada de Bolonia, son dos de los símbolos arquitectónicos más representativos de la ciudad.

 

Bolonia fue una de las ciudades más importantes durante el Renacimiento y aún hoy pueden admirarse muchos de sus palacios renacentistas.

 

Aunque durante la Segunda Guerra Mundial se convirtió en un objetivo estratégico por su importancia como centro industrial y de transportes, desde la década de los setenta se ha restaurado la mayor parte de sus edificios medievales y renacentistas.

Patrimonio artístico

Frescos del techo de la Cappella del Rosario de Bolonia.

Aunque Bolonia queda muchas veces relegada en los circuitos turísticos en favor de Roma, Venecia o Florencia, esta ciudad no se queda atrás en lo que a cultura se refiere.

 

La Pinacoteca Nazionale di Bologna posee una colección de arte extraordinaria que incluye obras de Rafael y Tiziano, y el Museo Arqueológico es uno de los más prestigiosos del país.

 

La sede del MAMbo (el Museo de Arte Moderno de Bolonia) acoge desde 2012 la maravillosa colección del Museo Morandi, dedicado a uno de los pintores italianos más célebres del siglo XX, que pasó la mayor parte de su vida en Bolonia.

 

La oferta cultural no acaba ahí, porque durante el verano la ciudad organiza numerosos espectáculos de música, baile, teatro y cine al aire libre. El Festival de Bolonia y el Festival de Jazz gozan de gran popularidad en todo el país.

 

¿Tienes pensado visitar Bolonia? Sube tus fotos con el hashtag #RyanairStories y podrás aparecer en nuestro feed de Instagram.

 

- Hannah Frances