Tinder, una aplicación para disfrutar más de tus escapadas en solitario

Hace poco decidí hacer un viaje yo solita a la ciudad de Verona. Después de pasar un día estupendo paseando por la Arena, comiendo bollos y frotándole un pecho a Julieta, acabé en medio de la Piazza del Erbe sin saber muy bien qué hacer. Los bares y terrazas estaban a rebosar, y había grupos de amigos riéndose, tomándose un spritz y disfrutando de su aperitivo. Yo me quedé allí con la mirada fija en ellos, como si fuera un niño hambriento delante de la ventana de un restaurante. Está claro que el aperitivo es una de esas cosas que hay que disfrutar en compañía.

La verdad es que me encanta viajar sola, y no hablo únicamente de “pasar tres meses en la India para encontrarme a mí misma” y ese tipo de experiencias de autodescubrimiento, sino también de escapadas urbanas. Viajar sin compañía te obliga a salir de tu zona de confort, te da libertad para ver y hacer lo que te dé la gana en el momento que te plazca y, lo mejor de todo, te da la oportunidad de conocer a gente con la que nunca habrías entablado conversación si hubieras tenido a tu grupo de amigos al lado. El problema es que es muy fácil conocer gente cuando estás en un chiringuito a orillas del mar en el Sudeste Asiático, pero no lo es tanto cuando únicamente vas a pasar un par de días en una ciudad nueva.

Me hacía falta un plan, y ese plan era Tinder. He de decir que funcionó de maravilla. Hablé con gente estupenda, me dieron recomendaciones de lugares que visitar, bares, pastelerías, tiendas y restaurantes, e incluso conocí a una persona que me llevó a sitios que jamás habría descubierto por mi cuenta y a los que me encantaría volver en el futuro: a tomar un aperitivo riquísimo en Archivio (junto a la Piazza Erbe), a comer marisco y sushi en ConFusion y a probar unos gin-tonics deliciosos en Frizzante Lab.

Esta aplicación me dio la oportunidad de disfrutar al máximo de mi visita a Verona y se la recomiendo a todo el mundo. A continuación, tienes unos consejos para sacar partido a Tinder en tus viajes en solitario…

Si solo vas a pasar unos días en la ciudad y tus intenciones no son de carácter “romántico”, no lo ocultes. Escríbelo en tu perfil. No hay que olvidar que es una aplicación de ligoteo y la gente con la que tengas un match ha entrado en ella precisamente por eso. Si tu objetivo es otro, déjalo claro desde el principio. Hay muchas personas estupendas que solo quieren ampliar su círculo de amistades y pasárselo bien, y es preferible dedicar un poco de tiempo a dar con ellas que quedar con alguien que acude a tu encuentro con otras expectativas. Por cierto, si tu intención sí que es ligar, olvida este consejo y diviértete.

Vale, es obvio que la tentación es hacerlo con la gente atractiva. Eres humano, es comprensible… Pero si eres de esos que vetan a alguien por medir unos centímetros de menos o pesar unos kilillos de más, mi consejo es que te dejes de tonterías. No estás buscando al amor de tu vida (que es la razón por la que la mayoría de gente usa Tinder en su ciudad, para encontrar marido o mujer, ¿no?). Tu objetivo es disfrutar de tu viaje, descubrir lugares nuevos y, con suerte, llevarte un par de amistades. Date la oportunidad de conseguirlo, baja el listón y desliza el dedo hacia la derecha con gente que tenga pinta de ser divertida y sociable.

Si no tienes coche ni te conoces demasiado bien el sistema de transportes de la ciudad, hazte un favor a ti mismo y reduce la distancia de búsqueda a solo unos kilómetros. Sería una pena que malgastaras un tiempo precioso yendo a ver o esperando a una persona a la que ni siquiera conoces; tienes cosas mucho más importantes que hacer.

Conocer a gente en persona puede imponer un poco, sobre todo si, como a mí, te horripilan las conversaciones incómodas. A mí también me echaba bastante para atrás la idea de acabar pasando mi último día en la preciosa Verona con una persona con la que no tuviera nada en común. Y es que no hay conversación más incómoda que una que termine con: “No quiero pasar tiempo contigo. Vete, por favor”. La cuestión es que no hace falta que quedes con nadie; puedes usar la aplicación simplemente para pedir recomendaciones de restaurantes y lugares interesantes para visitar.

Por muchas recomendaciones de monumentos, bares o restaurantes que recibas (algo que está muy bien), sigues estando más solo que la una, y (casi) siempre se disfruta más de un lugar en compañía. Mi consejo es que te lances a la aventura y quedes con alguien. Sí, corres el riesgo de acabar en una situación incómoda, y puede que la conversación entre ambos no fluya, pero también te estás dando la oportunidad de conocer a alguien genial y disfrutar a lo grande de tu escapada.

Recuerda que estás hablando con gente, no con una oficina de información turística. No los bombardees con un arsenal de preguntas sobre qué ver y qué hacer sin haber dicho siquiera “Hola, ¿qué tal estás?”. Es de mala educación. Además, ¿y si al hablar con esa persona te das cuenta de que es increíblemente sosa? ¿De verdad quieres recibir consejos de viaje de una persona que aburre hasta a las ovejas? 

Yo hablé con varios chicos antes de decidirme a dar el paso de vernos en persona. Con uno de ellos hice planes, pero algo me decía que estaba un pelín demasiado interesado, como si no hubiera entendido bien lo de “no estoy aquí para ligar”, así que me eché atrás, y la oleada de mensajes que recibí después me dejó más claro que el agua que había tomado la decisión correcta. Si algo no te huele del todo bien, confía en tu instinto. Escucha esa vocecilla que todos tenemos dentro, y queda solo con la gente que te dé buena espina.

Tinder es una herramienta poderosa, pero un gran poder conlleva una gran responsabilidad. La mayoría de usuarios son normales y decentes, y el mayor riesgo que corres al quedar es ofenderlos con un “no, gracias, adiós” después de una cita horrorosa. Aun así, es importante ser precavido. Queda en un sitio público, en un lugar céntrico con el que estés familiarizado, y a poder ser de día. Cuéntale a alguien tus planes, y no le des a la persona en cuestión demasiados datos sobre ti (como, por ejemplo, el hotel donde te alojas). Haz todas las cosas de sentido común que harías en tu vida normal.

Yo no la usé, sino que fui eligiendo a la gente sobre la marcha, pero, si no te importa pagar siete euros al mes, puedes empezar a buscar gente en el lugar de destino antes de emprender el viaje. Este consejo es válido para personas muy organizadas, ya que te da la oportunidad de reunir un montón de información de antemano, preparar un itinerario y dedicar algo de tiempo a chatear antes de decidir si quieres verte las caras con alguien. Si te gusta la planificación más que a un tonto un lápiz, esta función es perfecta para ti.

No, no hablo de ese tipo de actividades en grupo, no seas malpensado... Si mencionas que te gustaría unirte a un grupo de amigos para tomar algo, y a tu match le parece buena idea, la presión de “¡esto es una cita!” desaparece de un plumazo. De hecho, eso fue lo que acabó de convencerme con el chico con el que quedé en Verona, que me invitara a tomar el aperitivo con él y sus amigos en lugar de vernos los dos solos. Es una forma estupenda de que la situación sea mucho más relajada, te da la oportunidad de hacer amigos y te evitas tener que pasar una tarde con un desconocido, mirando al vacío y buscando a la desesperada formas de acabar con los silencios incómodos.

Y una última cosa…

Creo que no hace falta que diga nada más al respecto.

- Dee Murray