Descubre Bolonia de la mano de Silvia Donati

Silvia Donati nació y creció en Bolonia, aunque en la actualidad vive a caballo entre la ciudad italiana y Los Ángeles, donde trabaja como periodista para varios medios de comunicación.

 

Gracias a sus múltiples viajes, ha aprendido a ver con otros ojos y a apreciar aún más su ciudad natal, así como su arte, su pasado y su cultura.

 

Fruto de esa historia de amor ha surgido el sitio web Bologna Uncovered, en el que comparte consejos para viajar por Bolonia y Emilia-Romaña, una región que, en su opinión, muchos turistas descartan injustamente cuando eligen Italia como destino.

 

Hace poco estuvimos con Silvia y le pedimos recomendaciones para disfrutar a lo grande de una escapada a su ciudad.

Descubre Bolonia de la mano de Silvia Donati

“Cuando algún amigo viene a verme a Bolonia, el primer sitio al que le llevo es la plaza principal, la Piazza Maggiore, porque lleva siendo el alma de la ciudad y el epicentro de la vida social desde el siglo XIII.

 

Se trata de una de las plazas más grandes y antiguas del país, y está rodeada por varios edificios históricos que datan de la Edad Media, incluida la primera sede del gobierno local, el Palazzo del Podestà, y la Basílica de San Petronio, una de las iglesias católicas de mayores dimensiones del mundo.

 

Siempre recomiendo a mis amigos que pasen un rato en la plaza y se empapen bien del ambiente, ya sea sentándose en una de las terrazas de las cafeterías o en las escaleras de San Petronio, como hacemos los boloñeses. La plaza resulta especialmente bonita por la noche y en verano se transforma en un cine al aire libre.

 

La mejor época para visitar Bolonia es el otoño porque suele hacer buen tiempo, y ya han pasado el calor un tanto sofocante y la humedad típicos del verano.

 

Además, durante esos meses se celebran muchos festivales gastronómicos en la ciudad y en los alrededores, así que es una temporada perfecta para degustar algunos de los manjares que han dado fama a la región, como la mortadela, la pasta de huevo hecha a mano, el queso parmesano, el vinagre balsámico, el Lambrusco, el jamón de Parma y el culatello (un tipo de fiambre).

 

Para disfrutar de las mejores vistas de la ciudad, te recomiendo que subas a la Torre Prendiparte, que data del siglo XII y se alza en pleno centro de Bolonia (plaza Sant’Alò).

 

Para llegar a lo más alto hay que subir once plantas, pero el esfuerzo compensa con creces porque se tiene una panorámica estupenda de toda la ciudad, con sus característicos tejados rojos, sus construcciones medievales, sus torres y sus verdes colinas como telón de fondo.

Dónde comer en Bolonia

En el casco histórico hay un sinfín de restaurantes estupendos. Bolonia está considerada una de las capitales gastronómicas de Italia y eso se refleja en la gran cantidad de sitios entre los que elegir, y sobre todo en las magníficas y nada pretenciosas osterie, donde además podrás codearte con los lugareños.

 

Caffè Terzi (Via Oberdan 10/d) es un local genial porque sirve un café excelente, tanto de origen como sus propias mezclas. Además, aparte de los clásicos, como el expreso y el capuchino, ofrecen creaciones deliciosas, como el caffè alla nocciola, elaborado con expreso, crema de avellana y virutas de chocolate.

 

Colazione da Bianca (Via Santo Stefano 1) es mi sitio preferido para desayunar porque tienen de todo: cornetti, tartas, bollos, galletas, capuchino y una gran selección de tés e infusiones. A mí, además, me encanta la decoración del sitio, con paredes de color pastel y un ambiente acogedor. Por si eso fuera poco, está en pleno centro, a un paso de las famosas Due Torri (Dos Torres).

 

El histórico Mercato di Mezzo (con dos entradas, una en Via Clavature y otra en Via Pescherie Vecchie), renovado y reinaugurado recientemente, es perfecto para comer.

 

Es un espacio de 700 metros cuadrados distribuidos en tres plantas y situado en el centro del Quadrilatero, el mercado gastronómico medieval al aire libre de Bolonia, donde se pueden encontrar puestos que ofrecen especialidades locales: pasta fresca, platos de salumi (embutido) y queso, acompañados de piadine y tigelle (panes típicos de la zona), vinos de la Enoteca Regionale Emilia-Romagna, cerveza artesana, sándwiches gourmet y dulces. Sigue mi consejo y pide pasta fresca de huevo, como tortelloni, y un plato de embutido y queso.

 

Cantina Bentivoglio (Via Mascarella 4/b) es un sitio estupendo para cenar porque es un ristorante (restaurante), enoteca y osteria (taberna) en uno, ofrece platos boloñeses tradicionales para chuparse los dedos, como tagliatelle al ragù, y tiene una carta de vinos excelente, todo ello en un entorno único, las antiguas bodegas del Palacio Bentivoglio. También es un sitio muy popular que atrae a amantes del jazz venidos de toda Italia, puesto que celebra eventos musicales durante todo el año con artistas internacionales consagrados y nuevas promesas del mundo del jazz.

Antes de visitar Bolonia

Antes de venir de viaje, te recomiendo que te informes un poco sobre la extensa y rica historia de Bolonia. La ciudad fue fundada por los etruscos, que la bautizaron con el nombre de Felsina; luego fue conquistada por los romanos (Bononia) y en la Edad Media vivió una época de gran prosperidad.

 

En Bolonia se encuentra la universidad más antigua del mundo occidental (la Universidad de Bolonia), fundada en 1088 y que ha contado con estudiantes ilustres como Dante, Petrarca y Boccaccio. Además, fue la primera ciudad italiana en abolir la esclavitud, en el siglo XIII, y en la Edad Media las mujeres disfrutaban de una libertad muy superior a la de otras ciudades.

 

Si tienes buen nivel de inglés, Bologna Reflections – An Uncommon Guide, de la escritora estadounidense y entusiasta de Bolonia Mary Tolaro Noyes, es una lectura estupenda para conocer mejor la ciudad antes del viaje o para entretenerte durante las vacaciones.

 

Además, cuando estés aquí, puedes hacerte con un ejemplar del periódico gratuito Bologna Press, también en inglés, para estar al tanto de las últimas noticias y eventos.

Rincones secretos

El imponente teatro anatómico, en el interior del Archiginnasio, primera sede de la Universidad de Bolonia, es un sitio que desconocen muchos turistas, pero que deberías visitar porque te transporta a la época en que empezaron a llevarse a cabo los primeros estudios científicos del cuerpo humano a través de la disección de cadáveres a la luz de las velas (no te preocupes, porque es mucho menos espeluznante de lo que cabría esperar).

 

Esta sala, construida enteramente en madera de abeto, está decorada con estatuas de médicos importantes de la antigüedad, como Hipócrates y Galeno, además de los famosos “spellati”, modelos anatómicos que muestran los músculos por debajo de la piel.

Actividades gratuitas

Lo mejor que puedes hacer en Bolonia sin gastarte ni un céntimo es pasear por el centro de la ciudad, empaparte de su atmósfera animada pero tranquila a la vez, descubrir la amabilidad de sus gentes y admirar sus edificios de terracota, su enorme red de pórticos (38 km de estos pórticos han sido nominados para convertirse en Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO), sus preciosas plazas, sus torres medievales y sus tiendas gastronómicas históricas. Para mí, lo mejor de Bolonia son sus habitantes y sus ganas de disfrutar de los pequeños placeres de la vida. A Bolonia se la conoce con los sobrenombres de La Grassa (“la gorda”), La Dotta (“la docta”) y La Rossa (“la roja”), en referencia a su exquisita comida, a su universidad, la más antigua de Occidente, y a sus políticas de izquierdas. Creo que estos elementos son los que mejor resumen el espíritu de la ciudad: es un lugar liberal y dinámico a nivel cultural donde la gente aprecia la buena comida y la buena compañía”.

 

Vuelos a Bolonia

 

-Fiona Hillliard