24 horas en Santander

Santander tiene un encanto especial; la combinación de sus edificios junto al mar y su gastronomía hacen de esta ciudad un lugar especial donde escaparte sin duda alguna. Tuvimos la oportunidad de pasar un día allí y lo aprovechamos al máximo. Te contamos qué hicimos en las veinticuatro horas que estuvimos... ¡Empezamos! 

Cafetería Santa & Co

Lo primero del día: ¡desayunar! Valoramos varias opciones tanto en Google Maps como en Instagram y nos decantamos por la Cafetería Santa & Co. Está en la calle Marcelino San de Sautuola, número 17; con más de 330 valoraciones en Google Maps. Os recomendamos ir, además de por el rico café y bollería que tienen, por su decoración naif y acogedora.

 

Una vez desayunamos, fuimos hacia la Bahía de Santander. Allí, junto a unas estatuas encontraréis el Palacete del Embarcadero y el Embarcadero de Santander, desde ese punto salen excursiones en barco que recorren toda la bahía y desde donde te cuentan la historia de toda la ciudad y sus edificios, así como curiosidades de los nombres de las playas o personajes famosos que han vivido en Santander. Nos encantó el viaje en barco, su duración aproximada es de dos horas en total, y te permite tener una perspectiva totalmente diferente de la ciudad. 

Embarcadero

Terminada la excursión en barco por la bahía, dimos un paseo por el interior de la ciudad. Visitamos diferentes plazas, como la Plaza Porticada o Plaza Pedro Velarde y el Mercado Municipal del Este junto al Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria. Nos encanta visitar los mercados locales para conocer más a fondo sus productos típicos y su gastronomía. Es algo que te animamos a añadir en tus puntos a visitar cuando viajes a nuevos destinos. 

 

Llegó la hora de disfrutar de la gastronomía cántabra, preguntamos por la zona un lugar dónde comer y  varias personas nos recomendaron Casa Lita. Comprobamos en Google sus reseñas y tiene cerca de 3000, con más de 4.3 de puntuación, ¡una auténtica locura! Este bar está especializado en pinchos gourmet y la calidad de la comida es espectacular; se encuentra en el Paseo de Pereda, justo enfrente del Real Club Marítimo de Santander y con unas bonitas vistas a la bahía. No te puedes ir de Santander sin tomarte un pincho en Casa Lila, es parada obligatoria. 

Centro Botín

Estómago lleno y sonrisa en la cara, nuestra siguiente parada fue el Centro Botín. Está en el mismo Paseo de la Pereda, pasado el Palacete del Embarcadero; algo que nos encantó de Santander es la cercanía de todos los puntos de interés, hace que conocer la ciudad sea fácil y ameno. El contraste del edificio del Centro Botín con el azul intenso del mar de fondo es precioso, además, en la parte baja, encontrarás una cafetería con vistas a la bahía, perfecta para tomarte el café después de comer.

 

Para pasar la tarde, alquilamos unas bicicletas para ir por el paseo de la playa hasta el Palacio de la Magdalena, situado en la península de la Magdalena, frente a la isla de Mouro. El palacio fue construido a principios de 1900 como lugar vacacional para la familia real española; ha sido declarado monumento histórico-artístico. Está considerado uno de los edificios más emblemáticos de Santander, y no es para menos. 

Palacio

El paseo en bici por toda la costa de la bahía fue muy agradable, nos fuimos parando en las diferentes playas, disfrutando del paisaje costero. La llegada al palacio coincidió justo con la caída del sol, disfrutamos de los rayos colándose entre el bosque que rodea el palacio y pudimos presenciar los últimos minutos del atardecer. Los jardines que rodean el palacio están llenos de gente disfrutando de la merienda y de niños jugando, un ambiente que nos encantó.

 

Para terminar nuestras veinticuatro horas en Santander fuimos a la Plaza de Cañadío, una de las zonas con más ambiente por la noche. En esa plaza encontrarás diferentes restaurantes donde volver a disfrutar de la gastronomía de la ciudad, en nuestro caso nos decantamos por el bar-restaurante Cañadío, de nuevo guiados por las reseñas de Google Maps (¡nuestro aliado de viajes!). Además de escoger varios pinchos, pedimos algunas raciones, y la calidad de la comida era espectacular y estaba muy bien de precio. Definitivamente, otro lugar que no te puedes perder si vas a Santander durante veinticuatro horas.

Bahía

Una vez más, esperamos que te sea de utilidad esta mini-guía de la ciudad de Santander. Nos cautivó la ciudad y ya estamos deseando volver para, cómo no, disfrutar de su rica gastronomía. 

 

Vuelos a Santander

 

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