Al final del camino: Santiago de Compostela

Seas o no creyente, existen muchas razones para visitar Santiago de Compostela. Si la opción de ganarte el jubileo llegando a través de uno de los múltiples caminos no te convence o eso de andar no está hecho para ti, nosotros te llevamos prácticamente por menos de lo que cuesta el billete de bus desde el aeropuerto. Aunque no te sellen ninguna etapa en tu pasaporte, ¡seguro que no lo olvidarás fácilmente!

 

La capital de Galicia es uno de los principales centros de peregrinación desde la época medieval, la ciudad es ahora una yuxtaposición de cultura tradicional y moderna, arquitectura y gastronomía. El distrito histórico de Santiago de Compostela ha ganado con orgullo el título de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y es quizás el centro histórico más bonito de toda Galicia.

 

Si no quieres esperar hasta el 2021, el próximo año santo compostelano, para visitar la ciudad, apunta nuestros consejos para una escapada gastro-cultural de fin de semana.

La plaza del Obradoiro

Punto de encuentro de los diferentes caminos que llegan a Santiago, es una parada imprescindible en nuestra ruta. Ya no solo para acceder a la catedral de Santiago, sino porque aquí las emociones están a flor de piel. Los peregrinos de todo el mundo han recorrido cientos de kilómetros a pie, bicicleta o caballo con el objetivo de llegar a esta Catedral, movidos por alguna promesa interior, y la euforia se desata al cumplir esa meta y entrar en la plaza. ¡Por fin están en Santiago! Acércate, sonríe y ofrécete a echarles una foto para que puedan inmortalizar ese momento.

 

La plaza del Obradoiro tiene la particularidad de dar a las fachadas de cuatro monumentos de diferentes estilos: la catedral y su fachada barroca, el Parador de los Reyes Católicos de estilo renacentista, el imponente palacio de Raxoi en estilo neoclásico y, finalmente, el colegio de San Jerónimo de estilo gótico. ¿Quién da más?

La Catedral

Desde la plaza del Obradoiro tenemos la postal más famosa de Santiago de Compostela, la entrada del pórtico de la Gloria, con su magnífica escalinata. Según la leyenda, la Catedral alberga los restos de Santiago el Grande, uno de los apóstoles de Jesús. Esta joya arquitectónica es prácticamente visible desde toda la ciudad, ya que no se permitió construir otros edificios más altos que las torres de la catedral. La construcción de la catedral comenzó en 1075 y es de estilo románico, aunque posteriormente se incorporaron elementos góticos y barrocos.

 

Aunque no hayas realizado el camino, puedes sentir la emoción durante la misa del peregrino, que se celebra cada día a las 12 del mediodía y como especial bienvenida a los fieles, se lee un listado de los peregrinos llegados a la ciudad que han pasado por la Oficina del Peregrino en las últimas 24 horas. En esta lectura se mencionan los puntos de comienzo de su peregrinación y las nacionalidades o provincias de donde provienen. Si asistes a la misa del viernes a las 19.30, podrás además ver en funcionamiento el símbolo de la ciudad, el botafumeiro, un incensario enorme que columpian de punta a punta de la catedral, sobrepasando los 50km por hora. ¡Te recomendamos llegar pronto! Tras la misa, no olvides de hacer cola para abrazar la figura del santo y visitar los tejados de la catedral, desde donde tendrás vistas espectaculares de la ciudad.

Visitar el mercado de Abastos

Los mercados son un buen lugar para tomarle la medida a la ciudad que visitamos. Nos encantan porque están llenos de vida y movimiento, y éste no iba a ser menos. Fotográficamente hablando es una delicia.

 

También creemos  que si quieres saber cómo es la gastronomía de una ciudad, tienes que dar un paseo por su mercado. Y el de Compostela no es una excepción. De hecho, después de la catedral, es el lugar más visitado de la ciudad. ¿Por qué será?

 

El mercado lleva en activo más de 150 años, aunque el edificio actual es de 1940. Además de pasear por sus paradas, es posible degustar el producto que venden gracias a los restaurantes donde te cocinan al momento aquello que compres en el mercado. ¡Más fresco imposible!

Degustar la gastronomía gallega

Dicen que todo se cura y se ve diferente con el estómago lleno, así que en Santiago de Compostela tienes el tratamiento perfecto para cualquier mal. No puedes irte de la ciudad sin probar, por lo menos, uno de los siguientes platos típicos: empanada gallega, una mariscada o el plato estrella, el pulpo a feira, una auténtica delicia para el paladar. En el casco antiguo es fácil encontrar bares para tapear, como en la zona de la Rúa da Raíña, así como restaurantes especializados en marisco por precios irrisorios. Culmina el festín con un trozo de tarta de Santiago, hecha con almendras. Olvida la dieta y date un homenaje, ¡te lo mereces!

 

Si prefieres que te lleven, no te pierdas el free tour gastronómico, en el que solo tendrás que preocuparte de no llenarte demasiado.

Visitar el parque de la Alameda

No hay mejor plan para hacer la digestión después de una buena comida gallega que dar un paseo por el parque de la Alameda, uno de los más grandes de la ciudad. Aquí no solo conocerás a Las Dos Marías, las estatuas homenaje a dos señoras que cada día salían a las 14 en punto a pasear por las calles de Santiago, bien vestidas y maquilladas, para coquetear con los estudiantes que iban a comer, sino que también puedes disfrutar de las mejores vistas de la ciudad desde el Paseo da Ferradura, sobretodo de noche. 

Callejear por el casco antiguo

Catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el casco antiguo merece una visita con calma. Deja el móvil y piérdete por sus calles con arcadas llenas de encanto y disfruta de las plazas escondidas y los negocios típicos. Si llueve, refúgiate en una de las muchas cafeterías mientras pides algo calentito.

 

Como puedes ver, nos sobran los motivos para recomendarte Santiago de Compostela como la escapada perfecta, ya sea en días laborables o en fin de semana. ¡Tienes una cita con Santiago!

 

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