Historias Ryanair: Descubre Ibiza con el DJ Jean Claude Ades

La trayectoria profesional de Jean Claude Ades, al igual que la de otros muchos grandes DJ y productores musicales a nivel mundial, está tan ligada a Ibiza que ya la considera su hogar. Si tenemos en cuenta que es uno de los DJ más solicitados de la isla Pitiusa, no es de extrañar que se la conozca como la palma de la mano. Hace poco nos hizo un hueco en su apretada agenda para mostrarnos algunos de sus lugares preferidos para comer, tomar una copa y relajarse con los amigos…

Si tienes pensado viajar a Ibiza dentro de poco, aquí tenemos una lista con los cinco lugares que Jean Claude Ades considera sus imprescindibles en la isla.

Aunque sigue siendo un local poco conocido entre los turistas, Rickyzza se está ganando por méritos propios un hueco en el olimpo de las pizzerías ibicencas. Este restaurante, situado en Figueretas, a solo quince minutos de la ciudad de Ibiza y de la Playa d’en Bossa, sirve unas pizzas de masa fina que se deshacen en la boca, además de marisco, pasta y ensaladas. Por si eso fuera poco, la atención por parte de los camareros es exquisita y tienen limoncello casero…

Dirección: Carrer del Músic Fermí Marí, 5, Figueretas

Bar 1805 es una pequeña joya situada en el casco antiguo de Ibiza. Este bar especializado en absenta está regentado por el barman francés Charles Vexenat.

El interior del local destaca por un mobiliario extravagante, con mesas de pizarra, lámparas de aceite y obras que muestran a algunos de los artistas y escritores que cayeron bajo el embrujo del “hada verde”. Si quieres tomarte uno de los míticos cócteles creados por Charles, como el Green Beast, mientras disfrutas de unas increíbles vistas de la catedral, ponte cómodo en los divertidos sofás-bañera que hay en la terraza.

Dirección: Bar 1805 está situado en Carrer Santa Llùcia, 7, en la zona Dalt Vila del casco histórico; para llegar hay que subir las escaleras que hay frente a la cafetería Croissant Show.

Toda Ibiza es famosa por sus espectaculares puestas de sol, pero no hay nada comparable a ver cómo el sol se oculta tras Es Vedrá y Es Vedranell. 

Estos dos islotes de piedra caliza deshabitados, que se elevan casi cuatrocientos metros sobre el nivel del mar, se encuentran a unos dos kilómetros de la costa occidental de Ibiza, cerca de Cala d’Hort.

Cuando el sol empieza a descender y el cielo se oscurece, es habitual que se reúnan músicos y percusionistas para una sesión vespertina. Las notas de los instrumentos unidas a la suave brisa crean una atmósfera única.

Cómo llegar: Para disfrutar de estas puestas de sol mágicas, hay que conducir unos veinte minutos desde la ciudad de Ibiza. Puedes contemplar el ocaso desde la Cala d’Hort o, mejor aún, aparcar en la playa y subir a pie hasta la antigua torre de defensa.

Con sus aguas cristalinas, su arena blanca y su ubicación privilegiada junto a un pinar, a nadie le sorprende que la playa de Las Salinas sea la preferida de los ibicencos. Los chiringuitos y restaurantes se suceden hasta Playa d’en Bossa, y en ellos los DJ pinchan una mezcla de música dance y suaves ritmos baleares.

Estos locales ofrecen un servicio de primera; la mayoría te llevan la comida y las bebidas hasta la toalla, algo que agradecerás si estás padeciendo los efectos de una noche de excesos.

Consejo: Si prefieres calas más tranquilas, ve en dirección a la atalaya, donde hay varias playas protegidas a lo largo del litoral rocoso.

Cómo llegar: Las Salinas se encuentra en el extremo sur de la isla, a diez minutos en coche o autobús de Playa d’en Bossa y la ciudad de Ibiza.

Beachouse, situado junto a la playa más extensa y popular de la isla, Playa d’en Bossa, sirve platos italianos sencillos pero deliciosos desde las once de la mañana hasta la una de la madrugada. Tiene una decoración minimalista y elegante, y un ambiente muy acogedor que representa la quintaesencia de lo ibicenco. Pídete un zumo o un cóctel y, con un poco de suerte, podrás disfrutar de una sesión a cargo de un DJ internacional.

Dirección: Playa d’en Bossa, 2, 07817 Sant Jordi de ses Salines

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- Fiona Hilliard