Planes curiosos para hacer en Edimburgo

No vamos a negarlo, la primera imagen que a muchos nos viene a la cabeza cuando hablamos de Escocia son prados verdes y un joven Mel Gibson encarnando a William Wallace y gritando “Nos podrán quitar la vida, pero no nos quitarán la Libertad” (al menos, eso fue lo que los dobladores nos hicieron creer). Quizás sea fruto de esas históricas batallas o por el calor del whisky, pero la verdad es que la ciudad de Edimburgo tiene un carácter especial que le hace merecedora, como mínimo, de un par de días de nuestra atención, convirtiéndola así en una escapada perfecta para todos los viajeros. 

Ve preparado para las cuestas

Uno de los puntos más famosos de Edimburgo es su castillo, el cual se aposentó sobre una roca basáltica formada tras la erupción de un volcán hace más de 340 millones de años, por lo que se puede considerar extinto. Aunque pueda parecer una posición estratégica, el castillo ha sido el más asediado de la historia de Gran Bretaña, con 23 intentos de “capturar el castillo”. Esto hace que todo el casco antiguo de la ciudad se haya construido a su alrededor, y que por lo tanto tengas que bajar empinadas escaleras para acceder a algunos de los barrios inferiores. ¡Siempre hay un callejón por dónde atajar!

Saca tu lado más instagrammer a pasear

Por Victoria Street, más concretamente. Hoy en día es una de las calles más fotogénicas y conocidas de la ciudad, famosa por sus portales de colores y pubs, que pueden hacer que tardes bastante en recorrerla porque querrás pararte en todos. Además, esta calle tiene truco, y es que tiene negocios a dos alturas.

 

Sin embargo, esta empinada calle fue en el pasado un ajetreado mercado de ganado y artesanos, así como también uno de los lugares donde se llevaban a cabo las ejecuciones públicas en Edimburgo. Pero tranquilo, ¡ahora solo debes preocuparte que no te atropelle un coche al cruzar, embobado por tanta belleza!

Conoce el lugar de nacimiento de Harry Potter

Dicen que la escritora JK Rowling pasó largas tardes del invierno escocés escribiendo en muchos de los bares de la ciudad. Uno de los que mejor parados ha salido ha sido el Elephants Pub, que afirma ser el lugar de nacimiento de Harry Potter, aunque no abrió sus puertas hasta 1995, cuando ya se había lanzado el primer libro de la saga. ¿Será cuestión de magia?

 

Lo que sí es cierto, es que desde este café veía el cementerio de Greyfriars, uno de los más bonitos y famosos de la ciudad, por el que merece la pena pasear un rato. Lejos de ser un lugar lúgubre, esconde la bonita historia del perro Bobby, del cual dicen que no se separó de la tumba de su dueño tras la muerte de éste. Sin embargo, hay una versión alternativa de la historia, que dice que se trataba de un perro vagabundo al que le atribuyeron un aura de lealtad hacia un dueño supuestamente enterrado aquí, consiguiendo que la gente de mediados del siglo XIX fuera a visitar este cementerio de Edimburgo, generando así ingresos para la comunidad local.  Sea como fuere, en la entrada, hay una estatua dedicada a Bobby y dicen que frotarle la nariz trae buena suerte. 

Utilízala de base para recorrer Escocia

Edimburgo es el punto de inicio perfecto para recorrer las tierras altas escocesas, también conocidas como las Highlands, e ir en busca de paisajes de cuento como los de la virgen isla de Skye (que bien merece una semana de roadtrip), el castillo de Eilean Donean o el archiconocido (aunque no el más bonito del país) Lago Ness.

Recuerda que aquí se conduce por la izquierda, no es muy complicado, pero sí debes tener un poco de atención extra. Según la ruta que elijas, cruzarás por el desfiladero de Glen Coe, uno de los valles más bonitos de Escocia, y escenario de múltiples batallas. 

Ir de shopping

Aunque a priori ese no sea tu plan ideal, no puedes irte de Edimburgo sin recorrer la Royal Mile, la columna vertebral de la ciudad antigua. Como su nombre indica, mide una milla escocesa, o lo que es lo mismo, 1814 metros, uniendo el castillo con el Palacio de Holyrood. En ella podemos encontrar diferentes tiendas con productos típicos, ¿te atreves a probarte un kilt?

 

De aquí salen diferentes callejones, sin un orden concreto, debido a la rebeldía de la ciudad para construir fuera de los muros. ¡Un plan para dejarse llevar sin mapa!

Disfruta de un atardecer de película

Dice el dicho que para presumir hay que sufrir. Y aunque en general aplica a la belleza, en Edimburgo se cumple a la perfección: para presumir en tus fotos de las mejores vistas, debes subir antes a la Carlton Hill, una de las colinas de la ciudad desde donde se obtienen postales del skyline de la ciudad a 103m de altura sobre el nivel del mar. Sobretodo recomendamos subir al atardecer, donde las columnas del monumento circular a Dugald Steward se funden con los tonos dorados, además de que hace menos calor. 

Respira aire puro en plena ciudad

Si estás en buena forma física y la subida a Carlton Hill te ha parecido un paseo de parvulario, te retamos a subir a Arthur’s seat, el punto más alto de otro volcán extinto.

 

El recorrido supone entre 30 y 60 minutos en subir y desde luego, las vistas 360º son la mejor recompensa. Su forma es reconocible desde toda la ciudad y ha dado lugar a todo tipo de leyendas, incluso algunas personas creen que Arthur's Seat fue una vez el sitio del legendario Camelot: el castillo icónico de la aventura del Rey Arturo.

 

Sea como fuera, bien merece una excursión en una tarde de verano para admirar las vistas, y creer, por qué no, un poco en la magia.

Ve de festival

Aún estás a tiempo de comprar unos vuelos de último minuto a Edimburgo. Además, si viajas ahora en agosto, podrás disfrutar del festival Fringe, el festival de artes escénicas más grande del mundo que dura prácticamente todo el mes, siendo por sí mismo un motivo para visitar Edimburgo, con más de 53.000 actuaciones, mezclando artistas de renombre con talentosos desconocidos. ¿Te lo vas a perder?

 

Vuelos a Edimburgo

 

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