Diez buenos motivos para visitar Cork

Cork, con sus fantásticos pubs, sus excelentes galerías, sus provocadores museos y unos restaurantes que tienen el honor de estar entre los mejores de toda Irlanda, es un destino perfecto para una escapada urbana. Echa un vistazo a estos diez motivos para visitar el Condado de Cork, también conocido como el Condado Rebelde, y la ciudad homónima…

1. Es la meca gourmet de Irlanda

El Mercado Inglés de Cork.

Si vas a viajar a Cork, uno de los mejores consejos que te pueden dar es que lleves ropa holgada; de lo contrario, lo más probable es que acabes teniendo que desabrocharte algún botón del pantalón.

 

No hay que olvidar que la ciudad está considerada la capital culinaria del país, y el fantástico Mercado Inglés es probablemente su mejor carta de presentación.

 

Es el más antiguo de su clase de toda Europa e incluso recibió la bendición de la realeza cuando la reina Isabel II se paseó por sus puestos hace unos añitos, en 2011.

 

Prueba los quesos regionales, el marisco fresco y el chocolate artesano antes de continuar la peregrinación gastronómica hasta el curioso Museo de la Mantequilla, donde podrás descubrir los secretos de una de las industrias con más solera de Cork.

2. Te dejan tener el papel protagonista

Las Campanas de Shannon.

Ponte los tapones para los oídos, sube a la torre de la Iglesia de Santa Ana, en el barrio de Shandon, y tira de la cuerda de las campanas como si llevaras toda la vida haciéndolo.

 

Incluso podrás elegir la melodía que más te guste, desde el himno Amazing Grace hasta la folclórica Waltzing Matilda. Es tu momento para lucirte, porque el tañido de las campanas resuena en toda la ciudad, y para formar parte de una tradición centenaria.

3. Puedes descubrir una prisión con mucha historia

El museo Cork City Gaol.

Sumérgete en la vida del siglo XIX y principios del XX durante una excursión al museo Cork City Gaol, que ofrece una perspectiva única de la historia de la ciudad, tanto dentro como fuera de los muros de la prisión.

 

La exposición incluye figuras realistas increíbles, celdas restauradas y efectos de sonido que te transportan al día a día de los prisioneros y carceleros de la época.

 

Haz un tour al atardecer (si te atreves) y codéate con los fantasmas de los reclusos del pasado.

4. Tiene arte a raudales

La Galería Crawford.

La Galería Crawford, situada a un paso de Saint Patrick Street, alberga las célebres estatuas de Canova, una serie de esculturas de yeso donadas por los Museos Vaticanos a la Sociedad de las Artes de Cork en 1818, entre ellas el Torso del Belvedere, el Laocoonte y sus hijos o el Discóbolo. ¿Y sabes qué es lo mejor de todo? Que la entrada no cuesta ni un céntimo.

5. Hay unos tours estupendos

Cork City Tours.

Cork es bastante compacta y se puede explorar con relativa facilidad, pero, si quieres descubrir los entresijos de la segunda ciudad más poblada de Irlanda (y escuchar ese acento tan maravilloso que distingue a sus habitantes), merece la pena hacer uno de los excelentes tours que ofrecen distintas empresas y profesionales de la zona.

 

Para conocer a fondo la historia y el folclore de Cork, haz una ruta a pie con algún guía local como Kieran McCarthy o, si eres de los que prefieren que los lleven cómodamente de un sitio a otro sin mover un dedo, Cork City Tours tiene autobuses de dos pisos y techo descubierto que circulan durante todo el día.

6. La ciudad encandila a los amantes del jazz

El Cork Jazz Festival.

Cada mes de octubre, cientos de músicos y miles de melómanos llegados de todos los rincones del mundo inundan Cork para celebrar el festival de jazz más importante de Irlanda.

 

El Guinness Cork Jazz Festival tiene un programa ecléctico que reúne a los mejores intérpretes irlandeses e internacionales en más de setenta salas de conciertos de la ciudad.

 

Lo mejor de todo es que más del noventa por ciento de las actuaciones son completamente gratuitas.

7. Te acerca a la fascinante Ruta del Atlántico

La Ruta Costera del Atlántico.

Cork es el punto de partida perfecto para recorrer la espectacular Ruta Costera del Atlántico. Admira los cabos de Old Head of Kinsale y Mizen, y, si te apetece alejarte del mundanal ruido durante un rato, coge el teleférico hasta la Isla de Dursey.

 

Por el camino podrás descubrir parajes escarpados, penínsulas que emergen de entre las aguas, islas secretas y, con un poco de suerte, hasta algún que otro habitante marino, como delfines o ballenas jorobadas.

8. Te permite descubrir pueblos costeros con mucho encanto

Kinsale.

Algunas de las poblaciones costeras más bonitas de Irlanda se encuentran en West Cork. Kinsale es probablemente la que se lleva la palma; es célebre por su exquisito marisco y sus restaurantes, galardonados con múltiples premios.

 

Para pasar una jornada perfecta en esta ciudad, disfruta de una comida deliciosa en el Fishy Fishy Café y después visita el Fuerte de Carlos, que data del siglo XVII, o practica tu swing en el impresionante campo de golf Old Head Golf Links.

9. Tiene un pasado ligado al mar y al Titanic

Cobh.

Uno de los destinos más populares para ir de excursión desde Cork es Cobh, una pequeña ciudad costera con un pasado agridulce.

 

En su día, fue el principal puerto del que partían los emigrantes irlandeses en busca de una vida mejor y fue también la última escala del Titanic antes de su hundimiento.

 

Si quieres descubrir la historia de este trasatlántico, en Titanic Experience, en las antiguas oficinas de White Star Line, la cuentan de forma magnífica.

10. Posee un halo de magia y misterio

El Castillo de Blarney.

El famoso Castillo de Blarney es uno de los lugares turísticos más visitados de Irlanda y se halla a tan solo diez minutos de la ciudad de Cork. Allí se encuentra la célebre Piedra de Blarney, que, según la leyenda, regala a todo el que la besa el don de la elocuencia.

 

Una vez que hayas cumplido con la tradición y hayas sellado los labios sobre la roca, da un paseo por los jardines del castillo. No te pierdas el Jardín de Helechos ni su misterioso vecino, el Jardín Venenoso.

 

Este último está situado junto a las almenas y alberga una colección fascinante de plantas mortíferas y peligrosas procedentes de todo el mundo, incluidos ejemplares de belladona, acónito o hiedra venenosa (protegidas tras rejas para garantizar la seguridad).

 

Muy cerquita tienes Rock Close, un lugar rodeado de misticismo donde crecen tejos y robles majestuosos alrededor de un antiguo asentamiento de druidas.

 

Sigue el camino a través de las hojas de ruibarbo gigante y bambú para descubrir un enorme dolmen, una “escalera de los deseos” y la cocina de una bruja.

 

Si te gusta la fotografía, el jardín acuático y las cascadas conforman un escenario perfecto para arrasar en Instagram.

 

Este artículo se ha redactado en colaboración con Tourism Ireland.

 

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- Fiona Hilliard