Ocho razones para enamorarse de Galway

La ciudad de Galway es un lugar muy especial que posee el encanto típico de un pueblecito. Ni siquiera sé muy bien cómo describir ese algo que la hace única porque es intangible y tienes que visitarla para sentirlo en tus propias carnes.

 

A pesar de ello, me he propuesto la difícil tarea de que te hagas una idea de lo que te espera allí, así que he elaborado esta lista de ocho motivos para enamorarse hasta las trancas de la conocida como Ciudad de las Tribus.

La música

El pub Tig Choili. Foto: Facebook.

Galway y la música mantienen un maravilloso idilio desde hace muchísimo tiempo, y allí nacieron algunos de los intérpretes más conocidos y admirados de Irlanda. En todo el condado la música tradicional vive un auténtico apogeo.

 

Sigue mi consejo y disfrútala a lo grande mientras te tomas una cerveza en uno de sus pubs más populares. Aquí tienes un pequeño manual de instrucciones para sacarle el máximo partido a una noche en la ciudad:

 

1. Ve a uno de los pubs tradicionales más conocidos (Taaffe’s Bar, Monroe’s, Tig Coili, The Crane Bar y Tigh Fox son apuestas seguras).
2. Pídete una Guinness.
3. Busca un sitio para tomártela tranquilamente mientras los músicos lo dan todo en el escenario.

 

Y ya está. Fácil, ¿no?

La comida

La escena gastronómica ha experimentado un desarrollo brutal en las últimas dos décadas en todo el país y los ingredientes regionales y la creatividad se han unido para dar lugar a platos espectaculares.

 

Si la cocina irlandesa destacaba por algo en el pasado, era por ser algo sosa (la tendencia era hervir cualquier verdura que se les pusiera por delante como si no hubiera un mañana) y por abusar de las patatas, pero por suerte en los últimos tiempos las cosas han cambiado radicalmente, sobre todo en Galway.

 

En la actualidad los chefs de la ciudad preparan auténticas exquisiteces utilizando productos frescos, locales y de temporada, algo que abunda en el oeste del país.

 

En Galway puedes encontrar dos restaurantes galardonados con estrellas Michelin, además de trece incluidos en la última guía, aunque eso no es ni mucho menos todo lo que tiene que ofrecer.

 

Cuando estés allí, sigue mi consejo y prueba el marisco como mínimo una vez (o, ya puestos, pídetelo en todas las comidas; no te arrepentirás).

Los festivales

Galway siente fascinación por los festivales y, por suerte para todos los involucrados, parece que los festivales también adoran Galway. En la ciudad hay varios eventos que se celebran año tras año y atraen a miles de visitantes, tanto nacionales como internacionales.

 

Entre ellos destacan el Cuirt Literary Festival, en abril, el famoso Arts Festival o las Galway Races, en verano, sin olvidar por supuesto el delicioso Galway Oyster and Seafood Festival en septiembre.

 

También hay otros certámenes más modestos donde te espera la misma dosis de diversión, pero sin grandes multitudes, como el Jazz Festival en octubre o el hermano pequeño del Oyster Festival que tiene lugar en Clarenbridge a comienzos de septiembre.

Las vistas

Y no hablo solo de las que podrás admirar en la ciudad, aunque bien es cierto que de esas hay de sobra… La Plaza de Eyre, el Acuario Nacional, el Arco Español y la Catedral son lugares que no te deberías perder por nada del mundo, pero tampoco hace falta alejarse demasiado para ver algunos de los paisajes y rincones más espectaculares de toda Irlanda.

 

Los fascinantes Acantilados de Moher están a solo hora y media en coche. Además, si decides conducir hasta allí, atravesarás El Burren, así que no dejes pasar la oportunidad de visitar las Cuevas de Ailwee y el Dolmen de Poulnabrone.

 

Dedica un día a apreciar estas maravillas, porque, si te vas de Galway sin haber visto al menos alguna de ellas, te aseguro que lo lamentarás (aunque haya sonado un poco a amenaza, que conste que mi intención es simplemente recalcar que hay cosas alucinantes por descubrir).

Los pubs

Ya he mencionado de pasada los pubs, pero estos locales tienen mucho que ofrecer aparte de la música tradicional (como si eso no fuera de por sí suficiente, pero bueno…). Otra de las cosas que se les dan de miedo es servir Guinness.

 

Todos los que te he dicho antes son perfectos para tomarse una cerveza, pero hay otros muchos como el O’Connell’s, en la Plaza de Eyre, que también son estupendos.

 

Si has tenido suficiente ración de música tradicional y te apetece darle al twerking (o a cualquiera de esos bailes demenciales que triunfan entre los jóvenes), hay un montón de bares y pubs de moda que se ponen hasta arriba la mayoría de noches.

 

Para tomarte unas cervezas artesanales de escándalo, ve a Bierhaus; si te apetece disfrutar de música en vivo (y no tradicional necesariamente), te recomiendo el famoso Róisín Dubh.

Las playas

La playa Silverstrand. Foto: Declan Maher.

La playa que más cerca está de la ciudad es la de Salthill. De hecho, se llega en un pispás andando desde el centro. En realidad, aunque se llame Playa de Salthill, está formada por varias playas pequeñas separadas por salientes de tierra.

 

Es enorme, preciosa y limpia, y además ha sido distinguida con la Bandera Azul y cuenta con socorristas todos los días desde mayo hasta finales de septiembre (que es la época en la que la mayoría de gente sensata deja de bañarse).

 

Algo más lejos de la ciudad, pero no lo suficiente como para que sea una molestia desplazarse hasta allí, están las playas de Silverstrand, Grattan y Ballyloughlane, así que siempre encontrarás un huequecito para disfrutar del sol a tus anchas.

Los caballos

Cada verano y durante una semana la ciudad se vuelve completamente loca con las carreras de caballos, y es una época estupenda para visitar Galway. Las calles, los pubs y los restaurantes están a rebosar y se respira una atmósfera inigualable.

 

La única pega que se le puede poner es que solo se celebra una vez al año… Por eso, si quieres vivir aventuras equinas cualquier otra semana, una alternativa es ir a conocer los ponis de Connemara.

 

No los verás corriendo libres por las playas, pero sí puedes hacer una excursión a lomos de uno. Hay un sinfín de lugares estupendos, pero, si tienes tiempo y no te importa conducir una hora y media hasta la Playa de Ballyconneely, no lo dudes.

 

Es una playa paradisiaca de arena blanca y aguas cristalinas, y recorrerla de la mano de la gente de Point Pony Trekking es una experiencia maravillosa.

El ambiente

Fotos: William Murphy en Flickr.

Galway es una ciudad que destila diversión y buen humor, algo que probablemente tiene mucho que ver con todo lo que he contado en este artículo (la música, la comida, los pubs, las playas, los paisajes), pero sobre todo se debe a la gente.

 

Es un lugar algo bohemio que se rige por la máxima del “vive y deja vivir”, el tipo de sitio que atrae a escritores, artistas y músicos en masa; es como el Brighton o el San Francisco de Irlanda, aunque con más lluvia, más Guinness y más chaquetas de punto.

 

El resultado de este cóctel es una ciudad alegre y creativa repleta de gente igual de alegre y creativa. Además, su vida nocturna no decepciona. En resumen, es imposible no pasárselo bien en Galway.

 

Vuelos a Knock

 

- Dee Murray