Pistas para sacarle todo el jugo a Hamburgo

Las ferias, el Fischmarkt, los Franzbrötchen… Hamburgo tiene un montón de cosas que la convierten en un destino estupendo (y, aunque lo pueda parecer, no todas empiezan por f); de hecho, se ha ganado a pulso ser la tercera ciudad más visitada de Alemania.

 

No solo tiene un sinfín de rincones interesantes o una vida nocturna sin igual, también se respira un ambiente que la convierte en un lugar único.

 

Si algo he aprendido en mis viajes al país germano es que sus habitantes son gente distendida, sociable y creativa, y los hamburgueses hacen gala de ese carácter tan especial a su manera.

 

En Hamburgo puedes encontrar calles elegantes y restaurantes sofisticados en la HafenCity, arte urbano y un espíritu rebelde en el Schanzenviertel, luces de neón y desenfreno sin fin en la Reeperbahn… No te pierdas nuestro vídeo y nuestra guía para descubrir lo mejor de la “puerta de Alemania al mundo”.

Cómo moverse por la ciudad

Moverse por Hamburgo es muy fácil. Como toda ciudad alemana que se precie, es perfecta para recorrerla en bici, es segura y no tiene cuestas agotadoras.

 

Si no te apasiona la idea de ir pedaleando de un sitio a otro (o si el tiempo no acompaña), el transporte público funciona de maravilla e incluye los ferris que te llevan por el río Elba.

Dónde alojarse

Hay un montón de hoteles estupendos en la ciudad, pero, si buscas un alojamiento barato, cómodo y con estilo, el Superbude Hostel en St. Pauli es una apuesta segura.

 

Que no te engañe la coletilla de “hostal”, este sitio está limpio como una patena, tiene un diseño que enamora, el personal es muy simpático y sirven un desayuno de diez.

 

Hasta tienen bicis a disposición de los clientes de manera gratuita (las asignan a los primeros que las piden) y unas lámparas de calor especiales en los baños para que no te enfríes al salir de la ducha.

 

Lo mejor de todo es que hornean su propio pan y muchas veces dejan en recepción barras junto a un tarro gigante de Nutella para que los clientes más golosos puedan matar el gusanillo entre horas. Si eso no es el colmo de la hospitalidad, que baje Dios y lo vea.

Qué comer

Al igual que ocurre con los hoteles, en Hamburgo también tienes un montón de restaurantes selectos y de precios exorbitados. Pero ¿para qué vas a molestarte en pagar un dineral cuando hay tantos sitios baratos excelentes?

 

Si durante tu estancia se celebra la feria Dom, pásate por allí para hincarles el diente a todas las salchichas, sándwiches, hamburguesas y tortitas que se crucen en tu camino.

 

El Rindermarkthalle, situado a un paso de la parada de metro Feldstraße, también es un sitio genial para ponerse las botas por muy poco. Por cierto, no te puedes ir de la ciudad sin probar al menos una vez los Franzbrötchen, unos bollos de hojaldre, mantequilla y canela típicos que combinan de lujo con un buen café.

El paraíso del chocolate

Si te gusta el chocolate, no te puedes perder por nada del mundo Chocoversum. La visita guiada a esta fábrica de chocolate solo cuesta quince euros y además (ojo al dato) incluye la posibilidad de elaborar tu propia tableta y llevártela a casa.

 

Los guías son estupendos y las visitas son de lo más interesantes, ya que te permiten conocer el proceso de fabricación del chocolate desde que no es más que un grano de cacao hasta que se convierte en la delicia que todos conocemos y adoramos, y, por si fuera poco, tienes varias degustaciones durante el recorrido.

Paseo en barco por el puerto

El puerto de Hamburgo es el alma de la ciudad, por lo que hacer un tour en barco por el puerto y los canales es una actividad casi obligada para cualquiera que la visite.

 

La empresa Barkassen-Meyer organiza unos cruceros fantásticos que recorren la famosa Speicherstadt (la “ciudad de los almacenes”) y la HafenCity antes de dirigirse hacia las esclusas para continuar hacia la Filarmónica, los enormes embarcaderos, las terminales de contenedores y algunos de los lugares más emblemáticos.

 

Los tours salen cada hora en punto y la mayoría son en alemán, aunque tienen audioguías en inglés.

Sternschanze

Sternschanze es un barrio situado al norte de St. Pauli que fue el epicentro de la contracultura de la ciudad en los años ochenta y noventa. Hoy en día sigue reteniendo parte de ese espíritu alternativo, está repleto de arte urbano, pequeñas boutiques, cafeterías, restaurantes estupendos y algún que otro bar que no está nada mal.

 

No te pierdas el famoso centro cultural Rote Flora y haz una paradita para tomarte un pastel de nata en una de las cafeterías portuguesas que hay en la acera de enfrente. Este barrio es un lugar vibrante y animado que da gusto recorrer, así que dedícale tiempo y, sobre todo, disfrútalo.

Rattshern/Altes Mädchen

Vayas donde vayas en Alemania, puedes estar bastante seguro de que encontrarás buena cerveza. En Hamburgo, enfila directo hacia la Ratsherrn Brauerei, en la Lagerstraße (sí, la calle de la lager), justo en el límite del barrio Sternschanze.

 

Es una cervecería con mucho encanto donde puedes hacer un tour y una pequeña degustación antes de ir a Altes Mädchen para tomarte una cerveza y algo para comer. En esta última tienen una tienda, así que puedes comprarte unas cuantas botellas para llevarte a casa.

La feria Dom

Si tienes la posibilidad de organizar tu viaje para que coincida con la Hamburger Dom, no lo dudes. Se celebra durante treinta días tres veces al año, en verano, invierno y primavera.

 

Es una feria llena de luces de neón, atracciones, comida rápida y Glühwein (cuidado al combinar estas tres últimas, porque igual la cosa no acaba del todo bien).

 

Es un sitio perfecto para pasar una tarde o noche con la familia o con amigos. Te recomiendo que busques el puesto que vende minitortitas y te pidas una bandeja.

Reeperbahn

Pasamos de un festival de luces de neón a otro… La Reeperbahn es el barrio rojo de la ciudad y no puedes decir que conoces Hamburgo hasta que lo has visto con tus propios ojos.

 

Las calles de este distrito, a las que los marineros calenturientos solían acudir para saciar sus instintos, hoy en día están repletas de turistas, adolescentes, vendedores y hasta alguna que otra familia, al menos por las tardes.

 

Se trata de un lugar embriagador y divertido para explorar, y único para irse de juerga.

Fischmarkt

Para visitar la lonja vas a tener que pegarte un buen madrugón (o aguantar la noche en vela, como prefieras), pero merece la pena, aunque solo sea para observar a la gente que se da cita allí.

 

Verás a los viejos pescadores vendiendo la captura, gente borracha que ha pasado la noche dándolo todo en la Reeperbahn, familias que acuden a comprar verdura, bailarines, comilones, pescaderos y un vendedor de plantas que organiza un espectáculo por el que podría cobrar entrada.

 

El mercado abre de seis a nueve y media de la mañana (o algo más tarde). Cuando estés allí, pídete un Fischbrötchen. No te arrepentirás.

Túnel del Elba

Si decides ir a la lonja el domingo, atravesar el Túnel del Elba andando o en bici es una buena forma de quemar las calorías después de haberte empapuzado de bocadillos de pescado.

 

Cruzar este túnel es un rito de iniciación que debe pasar cualquier turista. Al llegar al otro lado, hay un mirador estupendo desde el que se tienen unas vistas preciosas de la ciudad.

 

Vuelos a Hamburgo

 

- Dee Murray