Planes para una segunda visita a París

“Siempre nos quedará París”, decía Humphrey Bogart al final de la mítica película Casablanca. Y es que por mucho que hayamos viajado, siempre es buen momento para una escapada low cost a París, que por supuesto no tiene por qué ser romántica.

 

Es la ciudad perfecta para visitar solo, en pareja o con amigos, pues no importa las veces que hayas aterrizado en ella, siempre tiene algo para ofrecer.

 

Como sabemos que tarde o temprano volverás a París, queremos recomendarte qué hacer cuándo ya has visto la Torre Eiffel y te has hecho la foto con las pirámides del Louvre.

Pasear en bicicleta por París

Una actividad muy indicada para el buen tiempo. La red de carriles bici está siempre en crecimiento y es muy agradable remontar el Sena a tu ritmo. Puedes utilizar uno de los servicios de bicicletas públicas existentes o alquilar tu bici por unas horas. Si eres aficionado del ciclismo, puedes emular a tu ídolo enfilando les Champs Elysées, para llegar de forma triunfal al famoso Arco de Triunfo, aunque sentimos decirte que no habrá ceremonia del podio ni maillot amarillo esperándote.

Visitar la Sainte Chapelle

Aunque la Sainte Chapelle debería ser de visita obligada en toda primera vez en París, entendemos que decidas gastar el presupuesto de las entradas en subir a la Torre Eiffel o visitar el Louvre. Por eso no te la puedes perder en las siguientes visitas a la ciudad. La inmensidad de este templo gótico te envuelve en la capilla superior, con 15 vidrieras que cubren prácticamente toda la pared y hacen que no puedas dejar de mirar hacia arriba, con la luz del sol filtrándose entre los cristales de colores.

Buscar un nuevo punto de vista de Notre Dame

Tras un fatídico incendio la pasada primavera, el skyline de París ya nunca volverá a ser el mismo. Sin embargo, recomendamos subir a la terraza del Instituto del mundo árabe para tener una nueva perspectiva de la basílica y de todo París. El IMA se encuentra al lado del Sena y la entrada es gratuita. ¡A todos nos gustan las cosas gratis, ¿no?!

Aprender a decir Te Quiero en todos los idiomas

Nuestros padres decían que intentásemos aprender varios idiomas, que nunca sabíamos cuándo nos podrían servir. Y saber decir te quiero en varios idiomas puede ser muy útil. En París puedes encontrar el muro des je t’aime, un mural de 40m2 en el cual se plasman, de forma manuscrita, 311 te quiero en todas las lenguas y dialectos de los países pertenecientes a la ONU. ¡Toma nota, porque nunca sabes si la persona que se siente en el asiento de al lado en tu próximo vuelo puede ser la definitiva!

Entrar a las galerías Lafayette

Aunque lo parezca, no te estamos llevando de compras. Pese a que las galerías Lafayette de París son unos grandes almacenes muy similares al famoso grupo español de logo verde, nosotros te recomendamos su visita por otro motivo. Sortea las tiendas de lujo hasta llegar al centro de la tienda del Boulevard Haussman y mira hacia arriba: una impresionante cúpula modernista, creada en 1912 por los mejores artistas del movimiento, llena todo el espacio. No te quedes en la planta baja, sube hacia las plantas superiores para poder ver de cerca todos los detalles. Cuando consigas cerrar la mandíbula ante tal maravilla, puedes, si quieres, hacer algo de shopping.

Disfrutar de la música callejera

Muchas veces vamos con tanta prisa (¡incluso estando de vacaciones!) que no somos capaces de disfrutar la música callejera. Por eso te recomendamos que si pasas por el Pont des Arts, te detengas un rato a escuchar a los diferentes músicos que tocan allí. Encontrarás a diferentes maestros que automáticamente te trasladarán a la belle epoque con su acordeón.

Respirar la paz del Marais

Un paseo por el barrio judío de París, les Marais, bien merece una mañana, vagando entre negocios vintage y deliciosas panaderías. Muy posiblemente llegues La Plaza des Vosges, que fue la primera plaza planeada de París. Allí te espera una sorpresa. Busca una puerta “escondida” en una de sus esquinas, que te llevará directamente a los jardines del Hôtel  de Sully, un verdadero remanso de paz y un lugar ideal para desconectar un rato del bullicio de la ciudad, rodeado de edificios al más puro estilo parisino.

Comer fondue en Montmartre

¡No podía faltar una recomendación gastronómica para tu segunda visita a París! Estábamos entre la fondue y las crêpes, pero como buenos amantes del queso, nos hemos quedado con la primera. Una vez hayas paseado sin rumbo por las calles del barrio más bohemio de París y hayas visto la puesta de sol, huye de los restaurantes con precios desorbitados de las calles principales y baja por una de las oscuras escaleras de la calle del Calvario (¡calvario es subirlas!), allí encontrarás varías tabernas donde degustar uno de los platos más famosos de la gastronomía francesa. 

Como ves, en París hay vida más allá de la Torre Eiffel y la ciudad merece una segunda visita con más calma para encontrar sus rincones más secretos, que suelen pasar desapercibidos con las prisas de ver lo más importante de París. ¿Cuándo le das una segunda oportunidad?

 

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