Siete motivos para elegir un destino europeo este invierno

No se puede negar que la falta de horas de luz y los cielos grises resultan un poco deprimentes, pero aun así hay muchas razones para vivir con ilusión la llegada del invierno. Y es que, en los meses más fríos del año, nuestro continente se llena de magia. A continuación, te presentamos siete motivos para hacer las maletas y organizar una escapada a un destino europeo este invierno.

El placer de sentarse al calor de una chimenea

La vida es más agradable frente a una chimenea.

Visualízate sentado, cerveza en mano, escuchando el crepitar del fuego en un pequeño pub de Irlanda occidental, acercando a la chimenea las manos y pies helados para que entren en calor después de una jornada de esquí en Italia, o tomándote un café en la zona de Nyhavn, en Copenhague, bien abrigado con bufanda y gorro de lana. A los daneses les chifla esa sensación a la que llaman “hygge” y que implica crear un ambiente cálido y acogedor, y disfrutar de los pequeños placeres de la vida en buena compañía, algo que se puede hacer de fábula cuando el invierno llega a Europa.

La aurora boreal

El espectáculo más increíble del planeta.

La aurora boreal, famosa por ser de lo más esquiva, se puede ver en el norte de Europa desde finales de octubre hasta principios de marzo. Si te has propuesto en serio presenciar este fascinante espectáculo luminoso, evita las grandes ciudades, alquila un coche o apúntate a un tour organizado. Lo mejor que puedes hacer es elegir un sitio con escasa o nula iluminación artificial en una noche fría y con el cielo despejado. Oslo, Estocolmo o Inverness son buenos puntos de partida, pero, como hemos dicho, merece la pena alejarse de las ciudades para tener más probabilidades de cazar este grandioso espectáculo de la naturaleza.

 

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Los mercadillos navideños

Visita los mercadillos navideños europeos este invierno y prepárate para encontrarte con tal sobredosis de vino caliente, jerséis de lana y diversión que te parecerá que estás en un videoclip de los años ochenta. Hínchate a trufas en Bruselas, bebe glogg en Copenhague o ponte los patines y deslízate por los preciosos canales helados de Ámsterdam. Desde finales de noviembre hasta principios de enero, los mercadillos navideños hacen suyas todas esas maravillosas tradiciones sin las que no se concibe la época más mágica del año.

 

Descubre más en nuestra guía de mercadillos navideños.

Los deportes de invierno

Organiza una escapada para esquiar.

Entre finales de noviembre y principios de la primavera, las montañas europeas se convierten en magníficas áreas de recreo para los apasionados del esquí y el snowboard. Olvídate de Aspen y Whistler, porque algunas de las estaciones de esquí más bonitas y exigentes se encuentran en Italia, Francia, Austria o Suiza. Guarda en la maleta el equipo y prepárate para pasártelo en grande deslizándote colina abajo, comiendo fondue y exprimiendo la noche en bares y discotecas.

 

Si eres aficionado a los deportes de invierno, échale un ojo a nuestra guía para organizar tu propia escapada a la nieve    

El sol del invierno

Ve en busca de unos rayos de sol.

Si te entran escalofríos con solo oír la palabra invierno, la mejor solución es poner rumbo a un destino soleado, donde los cielos azules y el espíritu veraniego parecen no tener fin. Disfruta del calorcito en las maravillosas playas de Tenerife, recorre los yacimientos de Malta o coge la tabla de surf y cabalga las olas del Atlántico en Fuerteventura. La gran ventaja es que, a pesar de que las temperaturas son similares a las del verano, la afluencia de turistas es mucho menor.

El Ice Hotel y el Ice Bar

El Ice Hotel, en Suecia.

Además de ver la aurora boreal, pasar una noche en el Ice Hotel es otra experiencia que merece la pena vivir al menos una vez y que solo es posible durante los meses de invierno.

 

Cada año se construye una nueva versión del hotel en el pueblo de Jukkasjärvi, en el norte de Suecia. En su interior, hay un Ice Bar (hecho íntegramente de hielo), además de sillas y camas fabricadas con hielo procedente del río Torne.

 

Si no te apetece viajar hasta Jukkasjärvi, puedes visitar una réplica del ICEBAR en Estocolmo. Allí tendrás que renunciar a montar en un trineo tirado por perros o pescar en hielo, pero te puedes abrigar bien, tomarte una copa y pretender que eres un esquimal a siete grados bajo cero.

Las celebraciones de Nochevieja

Que empiece la cuenta atrás...

Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno... ¡Feliz año nuevo! Cuando llega el esperado momento de celebrar la última noche del calendario, algunas ciudades europeas tiran la casa por la ventana. Edimburgo, nos referimos a ti. Y también a ti, Berlín. Y no nos olvidamos de ti, París. Prepárate para dar la bienvenida al nuevo año con fuegos artificiales espectaculares y fiestas sin fin en las calles de Edimburgo, bailando hasta el amanecer en la capital alemana o contemplando los millones de luces que envuelven la Torre Eiffel cuando el reloj marca las doce. Elijas el destino que elijas, el 31 de diciembre te espera diversión a raudales.

 

Echa un vistazo a nuestra lista de ciudades europeas que celebran la Nochevieja por todo lo alto.

 

 

 

- Fiona Hilliard